¡Ay Liborio!
Cuando
se estrenó “Ay, Juancito” (2004)
dirigida por Héctor Olivera, más allá de la valoración crítica de la película
que tenía gruesos errores históricos, una excelente ambientación y una actuación
protagónica (de Adrián Navarro)de primer nivel, me pareció un buen ejemplo de cómo rescatar a
personajes no protagonistas de la HISTORIA pero que si la acompañaron desde
lugares de excepción.
En
este caso Juan
Duarte el hermano de Eva y el primer peronismo.
LIBORIO Y SUS ESCÁNDALOS
LIBORIO Y SUS ESCÁNDALOS
Hace unos años descubrí otro de esos personajes de vida agitada que merecería
por derecho propio que su vida fuera llevada al cine, cosa improbable, de todas
formas.
Liborio
Justo vivió 101 años. Nació en 1902
y murió en 2003. Hijo del General
Agustín P. Justo, presidente
golpista argentino, se le considera el
introductor del trotskismo en su país y fue célebre por el escándalo que armó
durante la visita oficial de Flanklin Delano Roosevelt a Buenos Aires cuando en
pleno discurso ante el Congreso argentino le arrebató el micrófono al visitante
para gritar a voz en cuello (y por radio y altoparlantes) “¡Muera el
imperialismo yanqui!”. Fue detenido
entonces y recluido en una de las estancias de su padre, pero por poco tiempo.
En
realidad Liborio hacía años que estaba abocado a la difusión de sus ideas
políticas con los seudónimos de Lobodón Garra y Quebracho con los que pretendía
alejarse de su verdadero nombre.
Uno
de sus libros será llevado al cine en “Río abajo” (1960) con dirección de
Enrique Dawl y un elenco integrado por los ignotos Andrés Rasmanauskas, Sofía
Malifantas y Hermenegildo Rodríguez que más suenan a seudónimos aunque este
dato me fue imposible corroborar.
Casi
nadie vio la película y nunca más hizo nada en esta industria.
EL REDESCUBRIMIENTO
En el Museo de Arte Hispanoamericano “Isaac Fernández Blanco” de
Buenos Aires pude ver en 2005 la exposición “Liborio
Justo: Fotografías. La búsqueda de la verdad. ”
Es
que entre las muchas cosas que hizo Liborio en su larguísima vida fue sacar
fotos.
Pero
fotos que hoy adquieren un valor casi único.
En
1930 ganó una beca del Instituto de Educación de Nueva York, ciudad a la que
volverá en repetidas ocasiones. En 1934, en plena crisis del crack del 29,
decide fotografiar a gente común en las calles de la ciudad pidiendo limosna,
haciendo cola por un trabajo, buscando comida en la basura, intentando
conseguir unos centavos para poder vivir, iglesias evangélicas puestas en
alquiler,desocupados sin casa durmiendo en las veredas. . . Son fotos duras, sin sonrisas, sin concesiones a la hermosura.
Los
casi 300 negativos permanecieron olvidados por décadas.
La hija de Liborio, Mónica Justo-quien hace más de 30 años reside en Londres-
las encontró hace unos años en unos baúles, y se las llevó a su lugar de
residencia.
En
1985 -y por sugerencia de Teresa Anchorena-
en una sala de Galerías Pacífico se mostraron públicamente algunas de
las fotos por primera vez. Liborio
tenía entonces 83 años y quedó muy contento y sorprendido por su tardío
reconocimiento como “fotógrafo”. algo
que él consideraba no era.
Una
muestra de las mismas llega a la “Howard Greenberg Gallery “de Nueva York que en
2001 le hizo una oferta suculenta por la colección completa de negativos que
Liborio decidió aceptar. Con ese
dinero quería reeditar su libro “Pampas y lanzas”, cosa que hace.
Tenía
99 años y viviría aún más...
PASANDO UN SIGLO DE VIDA
Cuando
llegó a los 100 en 2002, varios periodistas lo entrevistaron en su ascético
departamento del porteño barrio de Belgrano.
Él atendió a todos con amabilidad, sentado frente a una enorme foto de las
Torres Gemelas en llamas y la leyenda “Comenzó la agonía del imperialismo
yanqui” escrita a mano por él mismo como consignó en su momento el suplemento
Zona de Clarín.
Trostkista,
antisoviético, anticapitalista, cronista social, historiador, obrero de
fábrica, tripulante de balleneros finlandeses, islero del Ibicuy, hijo de un ex
presidente golpista, viajero empedernido, luego fotógrafo redescubierto y de gran
valor. Alguien ha comparado sus
fotos neoyorkinas de los años 30 con la actualidad argentina de hoy. Efectivamente es así.
Desconozco cuando se exhibirán nuevamente pero si se enteran de ello... no dejen de ver estos documentos notables. ¡Ay, Liborio (!) que cantidad de historias tuviste en tus 101 años de vida!
Copyright © EM
Obreros desempleados, New York, 1934 Foto: Liborio Justo
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