Por siempre Tony, con fiebre y en
noches de sábado.
Cuando
me enteré que en marzo de 2005 se vendió la pista de baile sobre la que John Travolta
(o Tony Manero, que es lo mismo) había alborotado al mundo en “Fiebre de sábado a la noche” (1977) pensé
que toda una época había terminado para siempre.
“Hoy ya no interesa a nadie bailar sobre un piso centelleante de luces de
colores” dijeron los vendedores.
Era
el fin.
Yo
vivía en Nueva York cuando se estrenó y doy fe de la locura colectiva que produjo
este musical atípico que concentró todos los gustos estéticos de los años 70
del pasado siglo XX.
Desde
el legendario traje blanco de poliéster (que se vendió en poco más de 3000
dólares y hoy está en un museo como pieza “con valor imposible de cuantificar”)
hasta los pantalones Oxford o las botas cortas de taco, los cuidadísimos
peinados y la colonia
Brut que utilizaba el protagonista, fue asombroso ver como
una película pensada como un pasatiempo intrascendente se iba a convertir en un
icono de la cultura pop.
Los
posters de Al Pacino en “Serpico” (1973), Farrah Fawcett, Bruce Lee o “Rocky” (1976) que colgaban de las paredes del
cuarto de Tony se vendieron por millones, medio mundo increíblemente quiso
parecerse a este chico de Brooklyn
racista, sexista, maleducado e increíblemente simpático que logró lo que
James Dean en los años 50, ser el símbolo de una época.
La
nueva versión en DVD que circula, contiene entre sus extras un documental
realizado por la cadena televisiva VH1 con datos interesantes de lo que fue la
producción.
Todo
comenzó por un artículo periodístico de Nick Cohn -de 13 páginas- aparecido en
The New Yorker bajo el título “Tribal rites of the new Saturday night” (Ritos
tribales del nuevo sábado a la noche) cuyos derechos fueron comprados (antes de
ser publicado) por el productor Robert Stigwood .
Allí
se hablaba de los miles de jóvenes neoyorkinos que cada sábado bailaban música
disco (que era marginal entonces) y de cómo en esos bailes se sentían felices,
realizados y valorados.
Eran
jóvenes con poca educación y pobres.
En
poco tiempo estuvo el guión y John Travolta (que en ese entonces tenía 23 años)
y venía de un éxito fenomenal en televisión con el personaje de Vinnie
Barbarino en la serie “Welcome Back, Kotter”(1975/1978) sólo quiso ser el protagonista de lo que creyó
“el papel de su vida”.
Lo
fue.
Su
pareja en la ficción, Karen Lynn Gorney surgió de un casting aunque tenía
previamente alguna relación con el productor Stigwood a través de una sobrina
de este.
Fue
un fiasco y ya nadie la recuerda.
En el
programa de VH1 sale tal como es hoy y se ha convertido en una especie de Baby
Jane aferrada al –único- papel por el que trascendió: la compañera de baile de
Tony Manero.
¿Nombre
del personaje? Stephanie Mangano.
Hoy
se sabe que Travolta tuvo más control sobre la película de lo que pudo pensarse.
Él
fue quien decidió sobre la edición de su legendario baile solista, fue quien
influyó al productor para la arriesgada jugada de sacar el álbum con la banda
sonora antes del estreno (un éxito de ventas de más de 22 millones de copias
sólo en Estados Unidos )
y del espectacular estreno en el Mann's Chinese Theatre de Hollywood con
transmisión simultánea por una de las mayores cadenas de televisión.
No
fue de todas formas un rodaje fácil para el actor, en medio del mismo tuvo que
abandonar todo y volar a Los Ángeles porque su compañera sentimental de
entonces – la actriz Diana Hyland ,
18 años mayor- estaba muriendo de cáncer de mama, cosa que ocurrió en pocos
días.
Hay
diálogos improvisados, equipos “armados
con alambre” como la plataforma utilizada para mostrar las botas brillantes de
Tony Manero por las calles de Brooklyn y se desmiente que fuera un doble quien
realizara la célebre caminata.
Es
muy difícil entender el fenómeno “Manero” para los jóvenes de hoy o para
quienes en el momento de su estreno no eran ya jóvenes.
En
Montevideo se organizaron concursos de “baile como Tony Manero” y la venta de trajes blancos de poliéster se
disparó.
Recuerdo
haber comprado el long
play doble con la banda sonora y traerlo de regreso a Montevideo como un tesoro
sobre la falda durante todo el vuelo…
Travolta
sólo volvió a la gloria del cine con “Pulp fiction” (1994) y su Vincent Vega,
personaje en el que mucha gente quiso ver en que se había convertido Tony
Manero pasados los años.
Es
posible.
Se
recomienda sólo para aquellos/as capaces de verla sin prejuicios culturosos pero si intereses antropológicos, fue ayer... pero parece que pasaron siglos.
Copyright © EM
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Fotograma de la película (1977) |