viernes, 25 de abril de 2014


Por siempre Tony, con fiebre y en noches de sábado.



Cuando me enteré que en marzo de 2005 se vendió la pista de baile sobre la que John Travolta (o Tony Manero, que es lo mismo) había alborotado al mundo en “Fiebre de sábado a la noche” (1977) pensé que toda una época había terminado para siempre. “Hoy ya no interesa a nadie bailar sobre un piso centelleante de luces de colores” dijeron los vendedores.
Era el fin.
Yo vivía en Nueva York cuando se estrenó y doy fe de la locura colectiva que produjo este musical atípico que concentró todos los gustos estéticos de los años 70 del pasado siglo XX.
Desde el legendario traje blanco de poliéster (que se vendió en poco más de 3000 dólares y hoy está en un museo como pieza “con valor imposible de cuantificar”) hasta los pantalones Oxford o las botas cortas de taco, los cuidadísimos peinados y la colonia Brut que utilizaba el protagonista, fue asombroso ver como una película pensada como un pasatiempo intrascendente se iba a convertir en un icono de la cultura pop.

Los posters de Al Pacino en “Serpico” (1973), Farrah Fawcett, Bruce Lee o  “Rocky” (1976) que colgaban de las paredes del cuarto de Tony se vendieron por millones, medio mundo increíblemente quiso parecerse a este chico de Brooklyn  racista, sexista, maleducado e increíblemente simpático que logró lo que James Dean en los años 50, ser el símbolo de una época.

La nueva versión en DVD que circula, contiene entre sus extras un documental realizado por la cadena televisiva VH1 con datos interesantes de lo que fue la producción.

Todo comenzó por un artículo periodístico de Nick Cohn -de 13 páginas- aparecido en The New Yorker bajo el título “Tribal rites of the new Saturday night” (Ritos tribales del nuevo sábado a la noche) cuyos derechos fueron comprados (antes de ser publicado) por el productor Robert Stigwood .
Allí se hablaba de los miles de jóvenes neoyorkinos que cada sábado bailaban música disco (que era marginal entonces) y de cómo en esos bailes se sentían felices, realizados y valorados.
Eran jóvenes con poca educación y pobres.
En poco tiempo estuvo el guión y John Travolta (que en ese entonces tenía 23 años) y venía de un éxito fenomenal en televisión con el personaje de Vinnie Barbarino en la serie “Welcome Back, Kotter”(1975/1978)  sólo quiso ser el protagonista de lo que creyó “el papel de su vida”.
Lo fue.
Su pareja en la ficción, Karen Lynn Gorney surgió de un casting aunque tenía previamente alguna relación con el productor Stigwood a través de una sobrina de este.
Fue un fiasco y ya nadie la recuerda.
En el programa de VH1 sale tal como es hoy y se ha convertido en una especie de Baby Jane aferrada al –único- papel por el que trascendió: la compañera de baile de Tony Manero.

¿Nombre del personaje? Stephanie Mangano.
Hoy se sabe que Travolta tuvo más control sobre la película de lo que pudo pensarse.
Él fue quien decidió sobre la edición de su legendario baile solista, fue quien influyó al productor para la arriesgada jugada de sacar el álbum con la banda sonora antes del estreno (un éxito de ventas de más de 22 millones de copias sólo en Estados Unidos) y del espectacular estreno en el Mann's Chinese Theatre de Hollywood con transmisión simultánea por una de las mayores cadenas de televisión.
No fue de todas formas un rodaje fácil para el actor, en medio del mismo tuvo que abandonar todo y volar a Los Ángeles porque su compañera sentimental de entonces – la actriz Diana Hyland, 18 años mayor- estaba muriendo de cáncer de mama, cosa que ocurrió en pocos días.

Hay diálogos improvisados,  equipos “armados con alambre” como la plataforma utilizada para mostrar las botas brillantes de Tony Manero por las calles de Brooklyn y se desmiente que fuera un doble quien realizara la célebre caminata.
Es muy difícil entender el fenómeno “Manero” para los jóvenes de hoy o para quienes en el momento de su estreno no eran ya jóvenes.

En Montevideo se organizaron concursos de “baile como Tony Manero” y  la venta de trajes blancos de poliéster se disparó.
Recuerdo haber comprado el long play doble con la banda sonora y traerlo de regreso a Montevideo como un tesoro sobre la falda durante todo el vuelo…
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Travolta sólo volvió a la gloria del cine con “Pulp fiction” (1994) y su Vincent Vega, personaje en el que mucha gente quiso ver en que se había convertido Tony Manero pasados los años.
Es posible.
Se recomienda sólo para aquellos/as capaces de verla sin prejuicios culturosos pero si intereses antropológicos, fue ayer... pero parece que pasaron siglos.
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Fotograma de la película (1977)