jueves, 7 de agosto de 2014


Sarrasani



Pocos nombres significan tanto para el circo -desde hace más de un siglo- que la sola enunciación del nombre Sarrasani.
Con origen en Dresde, Alemania,  en 1888,  donde un señor de nombre Hans Stosch Sarrasani sintió un “llamado imperioso a formar parte del mundo del circo”.
Claro,  eran tiempos de carromatos que iban y venían por los caminos de medio mundo,  de animales amaestrados, de seres excéntricos o verdaderos “freaks” que hoy resultarían no sólo políticamente incorrectos  si no directamente insoportables para un público ahora deslumbrado- a nivel planetario- con los despliegues estéticos del Cirque du Soleil.
Hay decenas y decenas de películas dedicadas al circo y a lo que allí ocurría con títulos como los esplendores oscarizados de “El espectáculo más grande del mundo” (1952) con pistas simultáneas y choque de trenes espectacular incluido… a  la  maestría de “El circo” (1928) de Charles Chaplin.

De la carpa a la empresa
Sarrasani, cuya imagen más conocida lo muestra de impecable uniforme blanco,  parado frente a un enorme elefante, convirtió su circo en una “empresa de espectáculos” con un despliegue pocas veces visto.
Ya en 1912 funcionaba su famoso “Palacio del circo” con capacidad para miles de espectadores, un domo central de 57 metros de diámetro y novedosísima tecnología que permitía llenar los espacios con agua o elevar a la audiencia completa varios metros sobre el nivel original.
El periodista y escritor Gustavo Bernstein en su libro “Sarrasani, entre la fábula y la epopeya” cuenta: “El 1 de agosto de 1914, en plena función, irrumpió en la pista un oficial del ejército y,  ante el asombro general, dio lectura a una orden de movilización. Alemania entraba en  guerra con Rusia. Mientras el público aplaudía y vitoreaba, Sarrasani hacía sus cálculos. La debacle era inminente…”



El exilio sudamericano
Todo ello le llevará a que busque nuevos horizontes,  no importando lo lejos que estos estuvieran ya que no eran tiempos para andar de gira por Europa.
Entonces se embarca con toda su  “troupe” (que incluyó a 230 personas, 180 animales y un equipaje equivalente a 120 vagones de tren) hacia  Sudamérica.
Fueron años de viajes de un lado al otro.
A Montevideo llegaron  el 15 de diciembre de 1923 a bordo del vapor “Luddendorf”.
Fue un suceso fenomenal.
Enrique Santos Discépolo en su tango “Justo el 31” lo incluye en la letra con el ya famoso  “¡Ahí va Sarrasani con el chimpancé”,  aunque la imagen era referida a una pobre mujer cuyo único “pecado” era ser fea (!)
Tango misógino,  si los hay…
Llegados los años 30, Sarrasani  estaba muy enfermo.
Problemas cardiacos y una hidropesía creciente le hacían casi imposible trasladarse.
Sus tobillos adquirían un diámetro increíble y decía de sí mismo “Tanto tiempo trabajando con los elefantes que al final tengo mis piernas como ellos”.
Será entonces su hijo Hans Stosch Jr. quien quede al mando de la compañía.
 El 20 de septiembre de 1934 estando en San Pablo, el legendario Sarrasani muere en un hospital público.

¿Un pacto con el diablo?
El hijo, luego de la muerte de su padre,  solicita ayuda a Joseph Goebbels y la obtiene.
La imagen de semejante empresa era útil para el III Reich, a cambio, le pidieron que sólo contratara a artistas “amigos”.
Una imprevista situación va a truncar los planes que tenía Goebbels para el Circo.
 El 9 de julio de 1941 Hans Jr. muere repentinamente de un paro cardiaco.
 Su esposa Trude Stosch Sarrasani -quien tenía 28 años- toma el mando. Decide mantener al circo lejos de las contiendas bélicas.
Tiene a su lado al trapecista húngaro Gabor Némedy quien  será encarcelado en 1944 por la Gestapo acusado de “actitudes antialemanas cercanas a la traición”.
Pero en esas asombrosas jugadas del destino que tuvo el circo “Sarrasani”, durante un fuerte bombardeo aliado sobre Dresde -donde Némedy estaba preso- puede huir junto con Trude,  con quien se casa tan pronto pueden.
Vendrá a los pocos meses el fin de la Guerra, la lucha por conseguir el “certificado de desnazificación” para ambos y en 1948 la pareja embarcó para Buenos Aires (con breve pasaje por Montevideo) donde estrenarán un nuevo espectáculo “a todo trapo” con la ayuda directa del peronismo fundacional de entonces.

El circo peronista
Evita y Perón serán invitados de honor en cada estreno,  al punto que en 1950 será la propia Eva quien “sugiera” que el circo pase  a llamarse oficialmente “Sarrasani, Circo Nacional Argentino” cosa que ocurre.
Fue el único Circo Peronista oficial que existió.

El final
Pasaron muchos años entre funciones, giras internas y cancelación de espectáculos sin fecha de retorno.
Pero  a comienzos de 2010 se anunció inesperadamente que  “Sarrasani: El original” volvía con funciones en Buenos Aires y Mar del Plata.
Es que Trude Stosch Sarrasani-a los  96 años- decidió salir desde su casa en San Clemente de Tuyú (Argentina) y retomar el viejo proyecto.
Pero… falleció el 4 de junio de 2009,  no sin antes venderle los derechos mundiales del nombre al arquitecto y productor de espectáculos  Jorge Héctor Bernstein quien 4 años después debutó en el Tattersall de Palermo con el espectáculo Graf Story creado por el ilusionista Evgeniy Voronin y un elenco de 25 de artistas europeos, acompañados por un suntuoso menú de los chefs del Complejo.
Fue un éxito efímero que no prosperó.
Las presentaciones duraron mucho menos de lo previsto y no generó el entusiasmo esperado. Fueron más las notas de prensa que los asistentes…
En invierno de 2013 hicieron algunas funciones en Buenos Aires para público infantil que tampoco fueron un éxito, el empresario (dueño de locales de fiestas en Argentina) Jorge Bernstein sigue siendo dueño del nombre y la marca Sarrasani.
El futuro del Circo como tal,  no es seguro.
En los últimos años figuras de la ex URSS se habían integrado al mismo.
Tal vez sigan apareciendo con el nombre legendario cada tanto y con formatos variados, con cena, sin cena, para niños, para adultos…
Lo que es seguro es NUNCA podrán ser lo que fueron, sólo queda un nombre- hoy desconocido por las nuevas generaciones- que supo ser sinónimo de GRAN circo en el mundo entero y la imagen de aquel hombre vestido de blanco con sus elefantes o de la mano con un chimpancé como la letra de un tango hoy tan políticamente incorrecto que ni se escucha…

Copyright © 2014 Enrique Mrak. El contenido de éste blog se encuentra resguardado bajo los términos del Derecho de Autor Prohibida su reproducción parcial o total sin autorización por escrito de su autor. 



Sarrasani con elefante c.1930

                                          Placa esmaltada de anuncio c.1920
                                          Cartel para giras c. 1925


                                   Sarrasani de uniforme c.1927