Sarrasani
Pocos
nombres significan tanto para el circo -desde hace más de un siglo- que la sola
enunciación del nombre Sarrasani.
Con
origen en Dresde, Alemania, en 1888, donde un señor de nombre Hans Stosch Sarrasani sintió un “llamado imperioso a formar parte
del mundo del circo”.
Claro,
eran tiempos de carromatos que iban y
venían por los caminos de medio mundo, de animales amaestrados, de seres excéntricos
o verdaderos “freaks” que hoy resultarían no sólo políticamente incorrectos si no directamente insoportables para un
público ahora deslumbrado- a nivel planetario- con los despliegues estéticos
del Cirque du Soleil.
Hay
decenas y decenas de películas dedicadas al circo y a lo que allí ocurría con
títulos como los esplendores oscarizados de “El espectáculo más grande del
mundo” (1952) con pistas simultáneas y choque de trenes espectacular incluido…
a la
maestría de “El circo” (1928) de Charles Chaplin.
De la carpa a la
empresa
Sarrasani,
cuya imagen más conocida lo muestra de impecable uniforme blanco, parado frente a un enorme elefante, convirtió
su circo en una “empresa de espectáculos” con un despliegue pocas veces visto.
Ya
en 1912 funcionaba su famoso “Palacio del
circo” con capacidad para miles de espectadores, un domo central de 57 metros
de diámetro y novedosísima tecnología que permitía llenar los espacios con agua
o elevar a la audiencia completa varios metros sobre el nivel original.
El
periodista y escritor Gustavo Bernstein en su libro “Sarrasani, entre la fábula y
la epopeya” cuenta: “El 1 de agosto
de 1914, en plena función, irrumpió en la pista un oficial del ejército y, ante el asombro general, dio lectura a una
orden de movilización. Alemania entraba en guerra con Rusia. Mientras el público aplaudía
y vitoreaba, Sarrasani hacía sus cálculos. La debacle era inminente…”
El exilio
sudamericano
Todo
ello le llevará a que busque nuevos horizontes, no importando lo lejos que estos estuvieran ya
que no eran tiempos para andar de gira por Europa.
Entonces
se embarca con toda su “troupe” (que
incluyó a 230 personas, 180 animales y un equipaje equivalente a 120 vagones de
tren) hacia Sudamérica.
Fueron
años de viajes de un lado al otro.
A
Montevideo llegaron el 15 de diciembre
de 1923 a bordo del vapor “Luddendorf”.
Fue
un suceso fenomenal.
Enrique
Santos Discépolo en su tango “Justo el 31”
lo incluye en la letra con el ya famoso “¡Ahí va
Sarrasani con el chimpancé”, aunque
la imagen era referida a una pobre mujer cuyo único “pecado” era ser fea (!)
Tango
misógino, si los hay…
Llegados
los años 30, Sarrasani estaba muy
enfermo.
Problemas
cardiacos y una hidropesía creciente le hacían casi imposible trasladarse.
Sus
tobillos adquirían un diámetro increíble y decía de sí mismo “Tanto tiempo trabajando con los elefantes
que al final tengo mis piernas como ellos”.
Será
entonces su hijo Hans Stosch Jr. quien quede al mando de la compañía.
El 20 de septiembre de 1934 estando en San
Pablo, el legendario Sarrasani muere en un hospital público.
¿Un pacto con el
diablo?
El
hijo, luego de la muerte de su padre, solicita ayuda a Joseph Goebbels y la obtiene.
La
imagen de semejante empresa era útil para el III Reich, a cambio, le pidieron
que sólo contratara a artistas “amigos”.
Una
imprevista situación va a truncar los planes que tenía Goebbels para el Circo.
El 9 de julio de 1941 Hans Jr. muere repentinamente
de un paro cardiaco.
Su esposa Trude Stosch Sarrasani -quien tenía
28 años- toma el mando. Decide mantener al circo lejos de las contiendas
bélicas.
Tiene
a su lado al trapecista húngaro Gabor Némedy quien será encarcelado en 1944 por la Gestapo
acusado de “actitudes antialemanas
cercanas a la traición”.
Pero
en esas asombrosas jugadas del destino que tuvo el circo “Sarrasani”, durante
un fuerte bombardeo aliado sobre Dresde -donde Némedy estaba preso- puede huir
junto con Trude, con quien se casa tan
pronto pueden.
Vendrá
a los pocos meses el fin de la Guerra, la lucha por conseguir el “certificado de desnazificación” para
ambos y en 1948 la pareja embarcó para Buenos Aires (con breve pasaje por
Montevideo) donde estrenarán un nuevo espectáculo “a todo trapo” con la ayuda
directa del peronismo fundacional de entonces.
El circo peronista
Evita
y Perón serán invitados de honor en cada estreno, al punto que en 1950 será la propia Eva quien
“sugiera” que el circo pase a llamarse
oficialmente “Sarrasani, Circo Nacional
Argentino” cosa que ocurre.
Fue
el único Circo Peronista oficial que existió.
El final
Pasaron
muchos años entre funciones, giras internas y cancelación de espectáculos sin
fecha de retorno.
Pero a comienzos de 2010 se anunció
inesperadamente que “Sarrasani: El
original” volvía con funciones en Buenos Aires y Mar del Plata.
Es
que Trude Stosch Sarrasani-a los 96
años- decidió salir desde su casa en San Clemente de Tuyú (Argentina) y retomar
el viejo proyecto.
Pero…
falleció el 4 de junio de 2009, no sin antes venderle los derechos mundiales
del nombre al arquitecto y productor de
espectáculos Jorge Héctor Bernstein quien 4 años
después debutó en el Tattersall de Palermo con el espectáculo Graf Story creado por el ilusionista Evgeniy Voronin y un elenco de 25 de artistas europeos, acompañados por un suntuoso
menú de los chefs del Complejo.
Fue un éxito efímero que no prosperó.
Las presentaciones duraron mucho menos de lo previsto y no
generó el entusiasmo esperado. Fueron más las notas de prensa que los
asistentes…
En invierno de 2013 hicieron algunas funciones en Buenos
Aires para público infantil que tampoco fueron un éxito, el empresario (dueño
de locales de fiestas en Argentina) Jorge Bernstein sigue siendo dueño del
nombre y la marca Sarrasani.
El futuro del Circo como tal,
no es seguro.
En los últimos años figuras de la ex URSS se habían integrado
al mismo.
Tal vez sigan apareciendo con el nombre legendario cada tanto
y con formatos variados, con cena, sin cena, para niños, para adultos…
Lo que es seguro es NUNCA podrán ser lo que fueron, sólo
queda un nombre- hoy desconocido por las nuevas generaciones- que supo ser
sinónimo de GRAN circo en el mundo entero y la imagen de aquel hombre vestido
de blanco con sus elefantes o de la mano con un chimpancé como la letra de un
tango hoy tan políticamente incorrecto que ni se escucha…
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Sarrasani con elefante c.1930 |
Placa esmaltada de anuncio c.1920
Cartel para giras c. 1925
Sarrasani de uniforme c.1927