Yo no se que me han
hecho tus ojos
Este
vals criollo del mismo título que esta
nota fue compuesto y editado por
Francisco Canaro en 1933 “bajo los
encantos de aquellos ojos verdes de la emperatriz del tango, Ada Falcón”.
Ese
mismo título da nombre a un documental con dirección compartida de Sergio Wolf
y Lorena Muñoz realizado entre 1998 y 2003 que tuvo un breve paso por La Linterna Mágica por una semana de septiembre de 2003.
Una
lástima.
Es
muy difícil que se estrenen documentales en nuestras salas (salvo que sean de
Michael Moore…) y menos documentales referidos a una leyenda popular
rioplatense.
Mi
amigo especialista en tango y afines, Luis Lecaldare, me acercó hace ya meses un notable material
referido Ada Falcón a quien describieron durante años como “La Greta Garbo del tango”.
La historia es
fascinante.
Es
que, como dice Jorge Gottling en el
diario Clarín del 9 de julio de 1988 “Es
absolutamente una simplificación decir “de la fama al olvido” para contar la
historia de Falcón, que se retiró en
1942 cuando tenía 38 años y nunca más apareció
en público”.
Lo
que intenta el documental es tratar de conocer las causas de aquel retiro
voluntario y saber, mas allá de las leyendas, que pasó exactamente con una
cantante excepcional que tenía “los ojos verdes
más lindos el mundo”, algo poco comprobable hoy porque apenas hay algunas
filmaciones y son en blanco y negro, además haber perdido uno de los ojos...
¡Vaya paradoja!
Wolf
y Muñoz siguen su intuición y algunos datos sueltos y logran encontrar –y
entrevistar – a Ada en 1998 antes de tener el documental.
“Me retiré en momentos de esplendor y perdí
todo, por el llamado del Señor. Me molesta que digan que se trata de una
actitud mística: soy católica, apostólica y romana (sic).
“Perdí todo y este es
un dato de la más triste realidad: desde el palacete en Palermo Chico, desde el
Cadillac, desde los derechos de autor, desde el dinero de los discos y de esa
plata fácil que da generalmente el éxito. No tengo nada. Tengo a Dios en mi
corazón…”
.
Estas
declaraciones de la artista son solamente una primera pista.
Las vueltas de la
vida y las vueltas de la muerte…
Fallecida
el 2 de enero de 2002 a los 98 años, estuvo siete décadas (desde los cuarenta hasta
entrado el siglo XXI) recluida en un convento cercano a Córdoba (Argentina).
En
el documental le “roban” algunas imágenes verdaderamente conmovedoras como
cuando, preparándose en la penumbra de su pequeña habitación, se maquilla mostrando una coquetería que no perdió aunque
su belleza haya quedado en el más recóndito olvido detrás de unos lentes
gruesos, una importante calvicie y lo más impresionante, cuando la cámara
descubre -por un instante- un parche sobre uno de sus legendarios ojos…
A
través de fotos de archivo y al escasísimo material filmado, a la manera de un
detective sereno el documental va reconstruyendo la vida de esta mujer que en
los años de gloria de otras grandes divas del tango como Tita Merello o Azucena
Maizani logró ser conocida por el público como “la emperatriz del tango”, una estrella
que vivía en un imponente palacete y que para secarse el pelo se subía a uno de
sus autos descapotables y manejaba a toda velocidad….
Nadie
se explicó porqué lo abandonó todo para
hacer votos de silencio y pobreza.
El
frustrado amor por Canaro puede ser una respuesta.
La
vida (o la muerte) les iba a jugar fuerte.
En
el final, en el sepelio de Falcón en un día lluvioso que registran los
documentalistas y al que asistieron 6 personas,
el féretro es colocado en un panteón de artistas exactamente en al lado del
lugar donde reposa Canaro quien-se dice- la hizo sufrir demasiado…para terminar
juntos eternamente.
Ironías
del destino…
Sin
ver casi, sorda, pero muy lúcida
y ácida en sus respuestas, contesta las preguntas que le hacen los
documentalistas con los restos muy presentes de quien debe haber sido una luz
en sus años de gloria.
Sobre
su vida, sobre otros artistas -para lo cual le colocan un CD player con mucha
amplificación al lado - la hacen escucharse a si misma y dice, “¿quién
grita así, esa soy yo?”.
Exactamente
60 años estuvo Ada Falcón recluida en Córdoba.
Es
obvio que rompió por lo menos su voto de silencio, a fines de los ochenta dio una nota a
Clarín, aunque estuvo casi cuarenta años
sin hablar con la prensa.
Y
la leyenda continuará cada vez en que, sin saber la historia, alguien cante “Yo
no se si es cariño el que siento/ yo no se si será una pasión/ sólo se que al
no verte, una pena/ va rondando por mi corazón…. / Yo no sé que me han hecho tus ojos/que al mirarme me matan de amor…
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Ada Falcón en su esplendor c. 1940 |