viernes, 12 de septiembre de 2014

Alfonsina


Pocos nombres remiten a un personaje en esta parte del mundo como el de Alfonsina.
Si lo mencionamos,  sabemos ciertamente que es Alfonsina Storni, la poeta argentina.
Y si no lo sabemos, probablemente hayamos escuchado alguna vez esa preciosa canción “Alfonsina y el mar” con letra de Félix Luna y música de Ariel Ramírez.
Trabajando en la coordinación de una gran exposición/homenaje a nuestra Juana (¿hay que decir Juana de Ibarbourou u ocurre lo mismo con solo el nombre?) el martes 3 de marzo de 2009,  me encontré con la foto de “las tres grandes”, Juana, Alfonsina y Gabriela (¿hay que decir Mistral?) sacada en Montevideo un día de 1938.

La suicida
Hemos escuchado muchas veces que Alfonsina se suicidó “metiéndose en el mar”, la canción lo deja claro y aumenta la leyenda.
La realidad dice hoy que se tiró desde un muelle.
Entonces me puse a buscar material y me encontré con que su único hijo, Alejandro Alfonso Storni- fallecido en 2009 a los 97 años-   maestro jubilado, siguió manteniendo firme la memoria de su madre hasta el fin.
Alfonsina Carolina Storni Martignoni nació en Sala Capriasca, cantón Tesino, Suiza el 22 de mayo de 1892.

La familia, la llegada a la Argentina
Contra lo que ha dicho por mucho tiempo la leyenda urbana, su familia tenía prósperos negocios ya en Argentina en la zona de Cuyo y el padre, Alfonso Storni,  integraba la empresa “Cerveza Los Alpes de Storni y Cía.”
Alfonsina llegó a Argentina cuando ya tenía 4 años instalándose en San Juan, luego (en 1901) se van a Rosario en Santa Fe, ya con problemas económicos y su padre abre el “Café Suizo”. Pero inesperadamente en 1906, cuando la futura escritora tenía  14 años, el padre muere dejando a la familia en una situación muy difícil económicamente.
Alfonsina ya había atendido el café de su padre, trabajará entonces como obrera en una fábrica de gorras para volcarse prematuramente al teatro.
Y también decide ser maestra, recibiéndose en 1911 con 19 años.
Por entonces se vincula con círculos intelectuales de Santa Fe y comienza a escribir en “Monos y monadas” una publicación de gran importancia entonces.

Madre soltera, el escándalo
Y en una circunstancia insólita entonces, se convierte en madre soltera y antes de cumplir los 20 años.
El 21 de abril de 1912 se va con su hijo a Buenos Aires.
Sola.
Nunca reveló el nombre del padre de su hijo.
Es difícil pensar hoy en una mujer madre soltera en ese entonces.
Era mal mirada, una “casquivana”, pero poco le importó.
Tenía que darle de comer a su hijo y sostenerse ella misma por lo que sus conocimientos de maestra más su facilidad para la redacción la llevan a que en poco tiempo consiga empleo en “Freixas Hermanos” que importaban aceite de oliva.
Lo curioso es el cargo que logra “corresponsal psicológica” y su tarea era la de atender lo que hoy conocemos como “Servicio al consumidor”, contestando las cartas de quejas o consultas de quienes compraban los entonces famosos aceites de oliva de “Freixas Hermanos”.

La poeta, la mujer
Ya se iba perfilando la poeta,  y en 1921 con 29 años ya es una escritora reconocida y se trata con prácticamente la totalidad de la intelectualidad de entonces.
José Ingenieros, Manuel Ugarte (si, el mismo de Delmira), Blanca de la Vega, Ricardo Rojas y fundamentalmente Horacio Quiroga,  integraban su círculo más íntimo.
También estaban cerca de ella Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, Quinquela Martín y Marcelo Torcuato de Alvear.
Y así fue llevando una vida que, desde el sacrificio de ser “madre soltera”,  logró vences barreras sociales casi imposibles entonces.
Alfonsina detestada las fotografías por eso hay poca iconografía de ella. 
Decía no reconocerse en las fotos. 
Conrado Nalé Roxlo fue su primer biógrafo y la describe de esta forma:
"Cuando se trata de averiguar cómo era físicamente Alfonsina, es otro tipo de contradicciones que surgen de la opinión de quienes la trataron. Unos aseguran rotundamente que era fea, otros afirman con la misma convicción que era linda, y algunos tienen que hacer un gran esfuerzo por recordar su rostro que el tiempo parece haber borrado..
Su rostro vivía de adentro hacia fuera, y lo que dejaba era más que una imagen era una impresión. Pasaba del gesto aniñado y la sonrisa tierna y pueril, a la ironía indulgente , la burla ácida, y desde la tristeza sombría a la alegre despreocupación desatada en altas risas. Durante largos años conservó una cara de muchachita, que de pronto se arrugaba y sumía como si le cayera toda la vejez del mundo"

El cáncer
En 1935 es operada de cáncer de mama.
Según su hijo, en una entrevista realizada por la periodista Moira Soto en 1996, “Alfonsina creía entonces que el cáncer era contagioso y se cuidaba mucho de tocarme sin antes haberse lavado las manos con alcohol”.
El 25 de octubre de 1938 (el mismo año de la foto de “las tres grandes”) “garabateó sobre un papel celeste con tinta roja la frase “Me arrojo al mar…” contó su hijo que recordó cada detalle de su madre. Cuando Alfonsina se suicida Alejandro tenía 15 años y ella 46.
Tres días antes había enviado a “La Nación “su último poema con el sugerente título de ‘Voy a dormir’  ”.
Pasaron 19 años y en 1957 con la dirección del hoy revalorizado director alemán Kurt Lang se estrenó la película “Alfonsina” protagonizada por Amelia Bence.
Fue un éxito mayor de boletería.
Después alguna cosa en televisión… y el silencio.
Hoy,  a 76 años de su muerte,  no queda mucho en la memoria de la gente, salvo la letra de esa canción que dice “Sabe Dios qué angustia te acompañó, que dolores viejos calló tu voz…Te vas Alfonsina con tu soledad. ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?”…especialmente en la versión maravillosa de Mercedes Sosa.
Alfonsina, mientras tanto está con sus amigos del Club de los poetas suicidas que son muchos y notablemente talentosos.
Vivió 46 años.

Copyright © EM


Alfonsina en un registro de 1930- Buenos Aires


Gabriela, Alfonsina y Juana en Montevideo- 1938