Anita
Delgado, la maharaní de Kapurthala
Penélope Cruz se ha vuelto más interesante e inteligente con el tiempo. En estas pasadas
semanas cumplió 40 años y está más bella
que nunca.
Además de no importarle nada las críticas en su propio
país (España) que poco menos la han “condenado” por irse a trabajar a Hollywood
(¡y triunfar!) sigue filmando todo el tiempo y en los más diversos idiomas,
español, inglés, francés e italiano.
Ahora, a su carrera de actriz sumará otra faceta, la de
productora de sus propias películas, por
lo que se ha comprado los derechos de “Pasión
india” la novela de Javier Moro sobre Anita Delgado la “bailaora” española
que en 1908 se casó con el maharajá de Kapurthala.
Pocas historias de la vida real tienen el atractivo para
el cine en paisajes, exotismo, lujos, belleza y joyas por toneladas como esta
que en su momento causó furor y luego, con el correr de las décadas se fue
olvidando.
Penélope, luego de
su trabajo imponente en “Volver”
(2006) de su amigo Almodóvar en la que literalmente se “robó” la película con
una actuación deslumbrante con su enorme trasero postizo y un busto que iguala
al de los mejores años de la Loren y algo tiene de ella y de-nada menos- la
Magnani, aunque a muchos les suene a sacrilegio.
Anita Delgado bailaba con su hermana en el “Café Kursaal” en el Madrid de 1906
conformando el dúo “Las Camelias”
cuando, para la boda de rey Alfonso XIII,
la ciudad se llenó de testas coronadas, algunas de las cuales visitaron
el lugar. Allí fue a parar el maharajá de Kapurthala que en ese momento era
sinónimo de riqueza, exotismo y pasión. Por supuesto se enamoró perdidamente de
Anita (que tenía 17 años) y lo que pudo haber sido una conquista más del
maharajá- que tenía un harén cuantioso- terminó para sorpresa de todos en
matrimonio.
Javier Moro, famoso por haber escrito con su tío
Dominique Lapierre el best seller “Era
medianoche en Bophal” sobre la tragedia de la ciudad india que provocó la
muerte casi inmediata de 8000 personas y
de unas 12000 más en meses posteriores…
Alejado de la tragedia, se interesó por Anita Delgado
durante su trabajo de campo en Bophal al entrevistar a una señora de 95 años
-prima segunda del legendario maharajá - que no paró de hablarle de “una
española muy bonita que se convirtió en princesa de Kapurthala”.
Moro se apasionó con la historia que transformó en
novela de la que llegaron muy pocos ejemplares a Montevideo y pasó
desapercibida sin una sola reseña crítica. En España vendió más de 350.000
ejemplares.
Escribe sobre
Anita, “Fue una mujer adelantada
a tu tiempo. Cuando a los 18 años se
metió en un barco y se fue a la India sola, se casó en una ceremonia de cinco
días con fastos increíbles, la subieron a un elefante enjoyado y se enteró
recién que su marido seguía conviviendo con otras cuatro esposas anteriores y
no le había dicho nada, tuvo que ser muy
especial para no huir despavorida”.
Y así lo entendió Penélope Cruz a quien -a priori- el
personaje le viene como anillo al dedo. Además le permitirá el contacto directo
con “Bollywood”,
la mayor industria cinematográfica del mundo, ya que casi la totalidad del
elenco será de estrellas del cine indio (lo que le asegurará un potencial de
espectadores de cientos de millones de personas…).
Es interesante anotar
que en 1925 el maharajá de Kapurthala junto a Anita, estuvieron en Buenos Aires invitados por
Marcelo T. de Alvear y según una crónica
aparecida en La Nación de Buenos Aires de entonces “… el maharajá y la maharaní
de Kapurthala llegaron a Buenos Aires en un barco proveniente de Montevideo…”.
Por más que he buscado no he encontrado registros en la prensa uruguaya de la
época de su presencia en Montevideo que bien pudo pasar desapercibida. Siempre
fuimos de bajo perfil…
A fines de ese año se separaron en buenos términos y
Anita se fue a vivir a Paris a un lujoso apartamento de la Av. Victor Hugo con
una pensión mensual que le otorgó el maharajá a condición de que no volviera a
casarse. Esto le permitió seguir viviendo con grandes lujos, luego se mudará a
Madrid en los mismos términos , más una cocinera, un cocinero, dos mucamas, una
doncella personal , un chofer y un “secretario” -que en realidad era su amante-
de nombre Ginés Rodríguez Fernández de
Segura.
Se cuidó mucho de que la relación amorosa no trascendiera
por temor a que el maharajá le retirara la pensión y los privilegios que
mantuvo hasta su muerte el 7 de julio de 1962 en brazos del único hijo que tuvo
con el maharajá y que llegó a Madrid el mismo día de la muerte de su madre.
Pero al morir, la Iglesia Católica quiso impedir que fuera
sepultada en el camposanto con el pretexto de que pasó muchos años en un país
donde no se practicaba la fe católica…Ginés logró el permiso -mediante una
cuantiosa donación- asegurándose de paso un lugar eterno al lado de Anita donde
ahora reposa…
Pocas historias más cinematográficas que la de Anita
Delgado. Es curioso que a nadie se le haya ocurrido- hasta ahora- revivirla en
la pantalla. Vaticino éxito seguro, tiene todos los ingredientes para hacerla
apasionante. Como fue Anita, naturalmente.
Copyright © EM