jueves, 23 de octubre de 2014

Un ángel llamado Audrey


Más allá de que hace un par de años un comprador anónimo pagara 900 mil dólares por el vestido que Audrey Hepburn usó en “Muñequita de lujo” (1961) la imagen de esta actriz delgada, hermosa y dulce permanecerá como uno de los rostros emblemáticos de la historia del cine.
Creó un estilo, lo que no es poca cosa y ese estilo no tiene tiempo, es clásico, lo que es más aún.

Los comienzos, la II Guerra, su padre y Hitler
Nacida en Bruselas y bautizada con el nombre de Edda van Heemstra-Ruston, nunca ocultó su origen aristocrático. Igualmente la vida no le fue fácil.
De padre banquero y británico y madre baronesa holandesa,  siempre sintió mucha vergüenza por los valores políticos de su padre, que llegó a almorzar con Hitler y una posición familiar cercana al nazismo ya que ambos pertenecieron a un grupo de fascistas británicos y fueron amigos íntimos de la célebre nazi Unity Mitford.
Tuvo una educación acorde con lo que su familia esperaba de ella y muchos años más tarde en una entrevista comentó “De pequeña me enseñaron que era de mala educación llamar la atención y que jamás debía ponerme en evidencia”.
Durante la Segunda guerra mundial vivió con sus abuelos en Arnhem cerca de Ámsterdam y a los 16 años, ya finalizada la contienda comenzó a sufrir sus primeras adicciones: el cigarrillo y el chocolate.
Es por entonces que comienza a apartarse totalmente de sus padres ya divorciados para entonces.
Estudió ballet y luego intentó una carrera como modelo de publicidades hasta su “descubrimiento” nada menos que por William Wyler quien buscaba a la “chica perfecta” para su film “La princesa que quería vivir” (1953) que le valió un premio Oscar.
Con un físico demasiado delgado para el gusto de la época -que gustaba de los bustos generosos- impuso desde el comienzo un estilo elegante del que no se apartaría jamás.
Con “Sabrina” (1954) para la que el diseñador Hubert de Givenchy le crearía el vestuario, marcará una tendencia mundial.
 “La guerra y la paz” (1956) sería su primera película de “época” en la que su estilo igualmente saldría incólume.

Sus maridos, sus hijos  y una carrera que sigue creciendo
Se casó dos veces, primero con el también actor Mel Ferrer y luego con un médico italiano de nombre André Dotti (que fue su psiquiatra)  y tuvo dos hijos, uno en cada matrimonio.
En “Historia de una monja” (1959) tuvo la posibilidad de demostrar que era algo más que una cara bonita y en “La mentira infame” (1961) junto a Shirley MacLaine lo corroboró ampliamente.
En 1963/64 filmó “Mi bella dama” (My fair lady) que ahora ha sido restaurada y editada en un DVD doble de notable calidad.
 No sólo se ha recuperado la calidad de las imágenes – que se creyeron destruidas para siempre- sino que además se le adiciona un documental que cuenta los avatares de la producción que la convirtió- a pesar de ella- en una villana detestada por los fans que creyeron ver a la malvada que le “arrebató el papel a Julie Andrews que lo había hecho notablemente en teatro y todavía doblada por no saber cantar”.
En el mencionado documental se prueba que no solo sabía cantar (y muy bien) sino que jamás estuvo en sus planes “robarle” el papel a la Andrews y que todo fue una cuestión de mercado Audrey era una estrella para Hollywood, Julie una desconocida total en ese momento.
El asunto llegó a mayores con la siguiente entrega de premios Oscar cuando Andrews ganó por “Mary Poppins” (1964)  y Hepburn ni siquiera fue candidata por “Mi bella dama”, un gesto que la Academia que alentó a sus detractores.
Viéndola hoy está sencillamente encantadora y arrebatadoramente hermosa.
Aunque fiel a su estilo de no demostrar sus sentimientos en público sintió el golpe del que- se dice- nunca se recuperó totalmente.
Años después tendrá un regreso con gloria como la ciega asaltada de “Espera la oscuridad” (1967) en la que hay una escena en la que dudo haya habido algún espectador/a que no haya saltado de su butaca…

El declive y su  trabajo por los otros
Después vendría el declive profesional y personal.
Artístico, porque perdió las ganas de actuar y físico, porque ya  estaba  muy enferma de cáncer.
Se la vio otoñal y deliciosamente hermosa en “Robin y Marian” (1976) en la que compartió cartel con Sean Connery  y fue un angel (nada más adecuado) en “Siempre” (1989) una fallida película de Steven Spielberg que ya nadie recuerda.
Desde 1988 fue embajadora de UNICEF,  por lo cual viajó por medio mundo- especialmente África- dedicándose entonces  a ayudar a los niños más pobres del mundo
Destacó especialmente su trabajo humanitario en Somalia adonde viajó incansablemente pese a estar sufriendo un cáncer terminal de colon que le provocaba dolores terribles.
Murió en Tolochanaz, Suiza el 20 de enero de 1993, tenía 63 años.
Poco tiempo antes “su” diseñador Hubert de Givenchy pagó el avión especial que la trasladó desde Estados Unidos a Suiza donde quería morir.
Ella no tenía el dinero suficiente, había donado casi todo lo ganado.
Alguien la definió perfectamente: “la más bella adolescente eterna que el cine haya creado jamás”.
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jueves, 9 de octubre de 2014

Yo conocí a Josephine Baker.



En 2014  Josephine Baker habría cumplido 108 años.

Una estrella que brilló por 5 décadas, derribó prejuicios varios y se convirtió en símbolo de exotismo audaz aclamado por multitudes.

Insólitamente conocí personalmente a Josephine en su última presentación montevideana que habrá sido por 1969 cuando yo tenía 17 años.
La auspiciaba Canal 12 –donde yo trabajaba entonces-  en un programa vespertino llamado “Tertulia12” que dirigía el hoy olvidado Julio Pierrotti., todo un pionero y rupturista en muchas cosas. Y uno de los hombres más generosos que he conocido.

Josephine fue a una nota en el canal y como hablaba una mezcla-por momentos incomprensible- de francés, inglés, italiano y algo de español (en ese orden y simultáneamente) la dejaron conmigo charlando mientras esperaba para salir al aire. Hablamos fundamentalmente en inglés y le hizo gracia que la convidara con CocaCola y le recordara que a fines de los años 20 había estado en Punta del Este donde tomaba sol desnuda o cubierta por una mínima gasa para escándalo de mi bisabuela que vivía allí, era maestra y operaba con sus hijos la estación telegráfica.
Estuvo varias veces invitada por los Giot que tenían unos vagones de lujo como casa, en un lugar por entonces desierto.
Fue deliciosamente encantadora conmigo.
Lucía ya muy mayor, con unos enormes lentes negros, un turbante azul y una figura gruesa que tiraba por tierra su fama de “diosa de ébano”.
Igualmente tenía un “algo” que la hacía especial, tal vez un aura de estrella que nunca he olvidado.

Con una maravillosa piel color canela mate y unos modos tan amables que conmovían.
Estaba claro que hacía esa gira porque necesitaba dinero y por momentos parecía agotada pero en la noche, durante el espectáculo en el Teatro Solís, vestida de traje de fiesta largo, tocada por un pequeño sombrero con tules y plumas, un maquillaje recargado y un corset de tormento que afinaba su figura, fue aclamada por una sala repleta mientras cantó de todo un poco e hizo tres pasos de charleston mientras cruzaba los ojos y bromeaba sobre su edad…
Fui a su camarín y descubrí que el vestido era TOTAL, hasta la piel que dejaba al descubierto estaba revestida con una malla de su mismo color de piel que ajustaba su figura a niveles asombrosos. Me dio un cariñoso beso y me regaló una rosa de las que Pierrotti le había enviado.

Nacida como Freda Carson en Saint Louis (Missouri, Estados Unidos) el 3 de junio de 1906 creció en un ambiente de pobreza y miseria del que intentó vanamente escapar a través del canto y el baile hasta que a los 13 años abandonó su casa para ir armando desde entonces,  una carrera que comenzará en el vodevil casi prostibulario para llegar al estrellato absoluto en Paris.
Nada fue fácil en su vida.
Ni los amores, ni la familia, ni el dinero que ganó y gastó en cantidades industriales, ni su eterna lucha por mantener a un grupo de hijos e hijas adoptivos que formaron la famosa “tribu del arco iris” en eterna lucha por evitar el desalojo de su casa, el castillo Les Milandes.

Luchó junto a los Aliados durante la Segunda Guerra mundial, luchó por los Derechos civiles en Estados Unidos compartiendo estrado con Martin Luther King Jr.en el histórico acto de Washington D.C.;  le puso el hombro a Charles De Gaulle en el 68…todo desde la primera línea.
En 1950 fue especialmente a México a visitar  a Frida Kahlo de quien fue amiga.



Hay una anécdota que se conoce poco,  de cuando llegó a Paris por primera vez en 1925.
Según cuenta el periodista Franklin Morales en su libro “Andrade, el rey negro de Paris” publicado en 2002, la empresaria norteamericana Carolina Dudley convocó a José Leandro Andrade,  leyenda del fútbol (y el amor pasional, según consta en el libro) para que “participara en un espectáculo junto con la sensacional bailarina negra americana llamada Josephine Baker.
Ambos se complementarían oponiendo sus estilos, le explicó”.
Andrade, que se suponía bailaría un tango en el posible espectáculo, jamás contestó a la propuesta, ni sabía quién era ella,  según Morales y agrega,
Él no lo sabía, pero la Baker era su versión femenina, tenían vidas paralelas. Partieron de la miseria y estaban de antemano condenados por su piel oscura, pero ambos se encumbraron como las primeras estrellas negras de la industria del entretenimiento en la capital del mundo civilizado”.

Josephine también se casó en algún momento con André Giot de Badet (de larga y escandalosa estadía montevideana) amigo íntimo de Delmira Agustini y alguna vez vi tuve una página del suplemento “marrón” de El Día donde se dejaba constancia de la boda con una foto de la misma en la que el novio-portando un enorme ramo de azucenas- luce más maquillado que la novia…fue, aparentemente,  por una “cuestión de papeles”, si estaba casada con un francés y se convertía en ciudadana legal de ese país todo sería más fácil, y lo fue.
Josephine filmó no muchas películas de las cuales solo figura “ZOU-ZOU” (1934) como estrenada comercialmente en Montevideo.

No fue actriz, no fue cantante (con voz de soprano ligera), no fue una bailarina con escuela, fue una “fuerza de la naturaleza” que no tuvo posibilidad de tener poco más que una educación elemental pero supo siempre cómo defenderse de los innumerables desprecios que sufrió (sobre todo en su propio país, EEUU, donde se la llegó a echar de más de un hotel por su color…). ¡Abominable!
Estaba muy cansada cuando la conocí, pero aun así, seis años después,  en 1975 volvió al escenario del “Bovino” -con 68 años- para ser nuevamente ovacionada por el tout Paris.
Durante su último día de vida estaba aprontándose para salir a escena y se sintió mal. Cayó muerta.
Era el  12 de abril de 1975 y  murió de una hemorragia cerebral fulminante.
A su funeral acudieron 25.000 de personas, la mayoría de las cuales sólo conoció su leyenda.
Su tumba está en Mónaco pues su íntima amiga,  Grace Kelly se hizo cargo de los gastos de su tumba.
De aquellos hijos adoptivos que formaron la “tribu del arco iris” nunca más se supo. Ninguno hizo vida pública.
Fue el/la primer/a ciudadano/a  norteamericano/a  en recibir honores de Estado como General de Guerra francés,  por su lucha durante la ocupación nazi. Y hasta ahora, la única.
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c.1927

c. 1925

c.1929

Cartel original de ZOUZOU (1934)

La diosa de ébano (1930)

En sus últimas presentaciones 1975

Durante su última visita a Montevideo (1969)

Su féretro para frente al Teatro Bovino de Paris (1975)







viernes, 26 de septiembre de 2014

En defensa del Hermano sol






Desde su estreno ha sido denostada y  marcó un antes y un después para su director, Franco Zeffirelli, (nombre real Gianfranco Corsi)  quien nunca más volvió a sus brillos esperables.
Es que pocas películas tuvieron peores críticas que “Hermano sol, hermana luna” (1972) y aún hoy, para muchos, es sinónimo de “mamarracho ilustrado”.
Curiosamente,  esa visión se parece a la de varios grupos católicos fundamentalistas que catalogan al Francisco de Asís de Zeffirelli como “un hippie carente de espiritualidad”.
Es por eso que verla  37 años después de su estreno montevideano adquiere una lectura interesante.

La revisión
Gracias a la reciente edición argentina en  DVD  restaurada del original, se puede ver claramente que lo buscado por el director fue una película bella en sus imágenes y música a partir de la  visión de un esteta cinematográfico por antonomasia,  como  “Héroe” (2002) de Zhang Yimou fue un film político basado en lo estético.
La cara los personajes de Zeffirelli parece sacada de las pinturas del siglo XIII y los escenarios naturales -elegidos milimétricamente- ya sea  para mostrar un cristianismo pobre  o crítico con las jerarquías en su apabullante vestuario (que por cierto fue candidato al premio Oscar,  que no ganó) es un logro a destacar.

Las escenas finales, con la visita de Francisco a Inocencio III filmadas en  la catedral de Monreale (Sicilia) son de una belleza sobrecogedora,  que vista hoy, con sus colores a pleno y sin efecto especial alguno, hace resplandecer cada mosaico de estilo bizantino que la conforma.

Por cierto se pierde mucho en la versión doblada al inglés- que es la que circula - y en la que no obstante, madonna Pica (la gran Valentina Cortese, hoy de 91 años) como madre de Francisco,  dice todos sus parlamentos en francés.

Nada ocurrió actoralmente con el protagonista, Graham Faulkner (hoy con 66 años)  con sólo tres títulos de filmografía posterior, ni con Judi Bowker (Clara) hoy con 60 años y que hizo 18 películas más sin que nadie recuerde un título de ninguna de ellas.

Queda si, el siempre espléndido Alec Guinness (Inocencio III) 5 años antes de ingresar en el parnaso pagano de “Star Wars” como Obi-Wan Kenobi y que falleciera en 2000.

Las canciones de Donovan siguen estando a tono con el cantautor de exquisito tacto que fue en su momento.

¿Está mal ser un esteta?

¿Es una versión edulcorada de la vida de uno de los personajes más interesantes del medioevo cristiano? Sin duda lo es. ¿Y?  ¿Qué tiene de malo la versión de un esteta?
¿Pudo haber sido más interesante limitarse a los hechos históricos con actores y actrices sacados de la calle “a la Passolini”?
Tal vez.
Pero todo ello no impide ver hoy “Hermano sol, hermana luna” sin prejuicios.

Francisco  de Asís murió a los 44 años luego de una vida increíble, en la que intentó -vanamente- rescatar un espíritu de pobreza fundacional de su religión y murió desnudo-literalmente- en medio de un patio el 3 de octubre de 1226.

El libreto, firmado por dos grandes como Suso Cecchi D´Amico y Lina Wertmüler, tampoco lo cuenta, optando por otro camino.

Poder rever en una fría tarde de sábado la versión remasterizada de “Hermano sol, hermana luna” y a paso seguido escuchar el CD de Angelo Branduardi “L´infinitamente piccolo” (2000) sobre textos franciscanos, puede resultar formidable y no religioso, muy lejano a la fealdad que nos rodea  y que necesitaría de más estetas, especie en extinción que ha sido sustituida por pregoneros/as de lo feo a propósito o la visión uruguayo/marrón de todo posible entorno.

¿Y después?
Zefffirelli,  que venía de “La fierecilla domada” (1967) con Elizabeth Taylor y Richard Burton  y  “Romeo y Julieta” (1968) con los ignotos Leonard Whiting y Olivia Hussey  sufrió ataques durísimos por su visión de Francisco.
Se recuperó- apenas- con la versión para televisión- que en Montevideo se estrenó en cine- de “Jesús de Nazareth” (1977) también criticada por estetizante, se fue a Hollywood para hacer “El campeón” (1979) que hizo piantar más de un lagrimón a varios “duros” locales. En esas listas que se hacen cada tanto,  sigue figurando al tope de las películas “más tristes jamás filmadas”

Luego vendrán otros semi fracasos y versiones para cine de operas hasta  llegar a  “Té con Mussolini” (1999) historia  autobiográfica con aquel elenco de notables mujeres  que integraron Judi Dench, Maggie Smith, Joan Plowright, Lily Tomlin y hasta Cher.
Otro juego de imágenes bellas, que esta vez le perdonaron.
Hoy Zeffirelli tiene 91 años y su última película sólo se vio aquí en televisión,  “Por siempre Callas” (2002), y  es  bastante mala.
No filmó más desde entonces.
Ser amante de lo hermoso, de lo bello, parece ser hoy, es un pecado casi imperdonable y este florentino está ya grande para seguir planteándola.
Una lástima.
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Fotogramas de HERMANO SOL, HERMANA LUNA (1972).

viernes, 12 de septiembre de 2014

Alfonsina


Pocos nombres remiten a un personaje en esta parte del mundo como el de Alfonsina.
Si lo mencionamos,  sabemos ciertamente que es Alfonsina Storni, la poeta argentina.
Y si no lo sabemos, probablemente hayamos escuchado alguna vez esa preciosa canción “Alfonsina y el mar” con letra de Félix Luna y música de Ariel Ramírez.
Trabajando en la coordinación de una gran exposición/homenaje a nuestra Juana (¿hay que decir Juana de Ibarbourou u ocurre lo mismo con solo el nombre?) el martes 3 de marzo de 2009,  me encontré con la foto de “las tres grandes”, Juana, Alfonsina y Gabriela (¿hay que decir Mistral?) sacada en Montevideo un día de 1938.

La suicida
Hemos escuchado muchas veces que Alfonsina se suicidó “metiéndose en el mar”, la canción lo deja claro y aumenta la leyenda.
La realidad dice hoy que se tiró desde un muelle.
Entonces me puse a buscar material y me encontré con que su único hijo, Alejandro Alfonso Storni- fallecido en 2009 a los 97 años-   maestro jubilado, siguió manteniendo firme la memoria de su madre hasta el fin.
Alfonsina Carolina Storni Martignoni nació en Sala Capriasca, cantón Tesino, Suiza el 22 de mayo de 1892.

La familia, la llegada a la Argentina
Contra lo que ha dicho por mucho tiempo la leyenda urbana, su familia tenía prósperos negocios ya en Argentina en la zona de Cuyo y el padre, Alfonso Storni,  integraba la empresa “Cerveza Los Alpes de Storni y Cía.”
Alfonsina llegó a Argentina cuando ya tenía 4 años instalándose en San Juan, luego (en 1901) se van a Rosario en Santa Fe, ya con problemas económicos y su padre abre el “Café Suizo”. Pero inesperadamente en 1906, cuando la futura escritora tenía  14 años, el padre muere dejando a la familia en una situación muy difícil económicamente.
Alfonsina ya había atendido el café de su padre, trabajará entonces como obrera en una fábrica de gorras para volcarse prematuramente al teatro.
Y también decide ser maestra, recibiéndose en 1911 con 19 años.
Por entonces se vincula con círculos intelectuales de Santa Fe y comienza a escribir en “Monos y monadas” una publicación de gran importancia entonces.

Madre soltera, el escándalo
Y en una circunstancia insólita entonces, se convierte en madre soltera y antes de cumplir los 20 años.
El 21 de abril de 1912 se va con su hijo a Buenos Aires.
Sola.
Nunca reveló el nombre del padre de su hijo.
Es difícil pensar hoy en una mujer madre soltera en ese entonces.
Era mal mirada, una “casquivana”, pero poco le importó.
Tenía que darle de comer a su hijo y sostenerse ella misma por lo que sus conocimientos de maestra más su facilidad para la redacción la llevan a que en poco tiempo consiga empleo en “Freixas Hermanos” que importaban aceite de oliva.
Lo curioso es el cargo que logra “corresponsal psicológica” y su tarea era la de atender lo que hoy conocemos como “Servicio al consumidor”, contestando las cartas de quejas o consultas de quienes compraban los entonces famosos aceites de oliva de “Freixas Hermanos”.

La poeta, la mujer
Ya se iba perfilando la poeta,  y en 1921 con 29 años ya es una escritora reconocida y se trata con prácticamente la totalidad de la intelectualidad de entonces.
José Ingenieros, Manuel Ugarte (si, el mismo de Delmira), Blanca de la Vega, Ricardo Rojas y fundamentalmente Horacio Quiroga,  integraban su círculo más íntimo.
También estaban cerca de ella Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, Quinquela Martín y Marcelo Torcuato de Alvear.
Y así fue llevando una vida que, desde el sacrificio de ser “madre soltera”,  logró vences barreras sociales casi imposibles entonces.
Alfonsina detestada las fotografías por eso hay poca iconografía de ella. 
Decía no reconocerse en las fotos. 
Conrado Nalé Roxlo fue su primer biógrafo y la describe de esta forma:
"Cuando se trata de averiguar cómo era físicamente Alfonsina, es otro tipo de contradicciones que surgen de la opinión de quienes la trataron. Unos aseguran rotundamente que era fea, otros afirman con la misma convicción que era linda, y algunos tienen que hacer un gran esfuerzo por recordar su rostro que el tiempo parece haber borrado..
Su rostro vivía de adentro hacia fuera, y lo que dejaba era más que una imagen era una impresión. Pasaba del gesto aniñado y la sonrisa tierna y pueril, a la ironía indulgente , la burla ácida, y desde la tristeza sombría a la alegre despreocupación desatada en altas risas. Durante largos años conservó una cara de muchachita, que de pronto se arrugaba y sumía como si le cayera toda la vejez del mundo"

El cáncer
En 1935 es operada de cáncer de mama.
Según su hijo, en una entrevista realizada por la periodista Moira Soto en 1996, “Alfonsina creía entonces que el cáncer era contagioso y se cuidaba mucho de tocarme sin antes haberse lavado las manos con alcohol”.
El 25 de octubre de 1938 (el mismo año de la foto de “las tres grandes”) “garabateó sobre un papel celeste con tinta roja la frase “Me arrojo al mar…” contó su hijo que recordó cada detalle de su madre. Cuando Alfonsina se suicida Alejandro tenía 15 años y ella 46.
Tres días antes había enviado a “La Nación “su último poema con el sugerente título de ‘Voy a dormir’  ”.
Pasaron 19 años y en 1957 con la dirección del hoy revalorizado director alemán Kurt Lang se estrenó la película “Alfonsina” protagonizada por Amelia Bence.
Fue un éxito mayor de boletería.
Después alguna cosa en televisión… y el silencio.
Hoy,  a 76 años de su muerte,  no queda mucho en la memoria de la gente, salvo la letra de esa canción que dice “Sabe Dios qué angustia te acompañó, que dolores viejos calló tu voz…Te vas Alfonsina con tu soledad. ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?”…especialmente en la versión maravillosa de Mercedes Sosa.
Alfonsina, mientras tanto está con sus amigos del Club de los poetas suicidas que son muchos y notablemente talentosos.
Vivió 46 años.

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Alfonsina en un registro de 1930- Buenos Aires


Gabriela, Alfonsina y Juana en Montevideo- 1938







viernes, 22 de agosto de 2014


Zoila Augusta Emperatriz


El título de esta columna parece salido de un juego de palabras,  pero es real y es el nombre de la cantante  Yma Sumac (“la más linda” en quechua).
Se llamaba, según sus documentos Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo.
Nacida en Ichocán, Cajamarca, Perú el 10 de septiembre de 1922 aunque siempre se sospechó que era una fecha falsa.
Desde niña dijo ser una princesa inca y que su madre era descendiente directa de Atahualpa.
El 1 de noviembre de 2008  murió en su retiro de años en Los Ángeles donde vivió los últimos 60 años de su vida.

Una leyenda olvidada
Hoy casi olvidada, aunque justo es decir, reivindicada por varios jóvenes del mundo como objeto de culto, su valor consistió en una prodigiosa voz que podía abarcar de 4 a 5 octavas en la escala musical, es decir cantar allá arriba o allá abajo, cosa que hizo todo el tiempo en que se presentó para delirio de sus fans. Imitaba el canto de los pájaros o sonidos de la naturaleza y en eso basó su carrera y fama.

Los años de gloria
Filmó dos películas de ficción, la más famosa de ellas “La leyenda del inca” (1954) protagonizada por Charlton Heston y en la que Yma fue Kori-Tica, una inca, claro.
Película de la que se ha hablado mucho ya que el personaje de Heston se parecía sospechosamente a Indiana Jones, un “arqueólogo”  de campera de cuero y sombrero (aunque sin látigo).
Fue objeto de varios documentales ninguno importante como para sobrevivir el paso del tiempo y pasó –literalmente- décadas en que nadie la recordó.

La estética pseudo inca de Yma
Es que su estética de “princesa inca for export”  en maquillaje, tocados y vestidos,  se transformó en el similar andino de Carmen Miranda para la visión de Hollywood de Brasil. Casi una parodia que con el paso del tiempo y fallidas cirugías estéticas la convirtieron en un ekeko pintarrajeado a juzgar por las fotos.
Yo nunca he visto a Yma Sumac en ninguna película, ni actuando,  pero por esas cosas del destino hace un par de años encontré en el outlet de Tower Records del Soho en Nueva York el CD “Legend of the Sun Virgin” originalmente editado como long play en 1953,  aunque luego me arrepentí de no comprar “Mambo!” de 1955 o “Miracles” de 1972 en el que canta ¡ROCK! y que también estaban en oferta.
Es toda una experiencia escuchar a esta soprano que hace lo que quiere con su voz hasta el punto que, por momentos, uno piensa que está algo alterado en estudio y no lo está.




Los comienzos, el matrimonio, la fama internacional
Muy joven comenzó su carrera de la mano de Moisés Vivanco, un guitarrista y agente de artistas creador de la “Compañía peruana de arte” con la que recorrió el mundo. Yma se casó con Vivanco (en 1942)  y comenzará su carrera solista luego de separarse de su –también cantante- prima Cholita Rivero.
Ya grababa en 1943 y en 1944 fue un éxito radial en Argentina con visita a Montevideo incluida.
El 7 de febrero de 1949 nació su hijo Papuchka Charlie Vivanco, se divorció en 1957 pero se volvió a casar con Moisés en 1959 para divorciarse definitivamente en 1965.

Yma y Nikita
Viajó a la URSS en 1961 invitada por el entonces todopoderoso Nikita Khrushchev pero volvió a Hollywood pronto donde permaneció hasta los años 70 en que regresó a Perú para irse luego a Los Ángeles donde se instalará hasta su muerte.
En mayo de 2006 tuvo su gran y celebrado regreso a Perú como invitada oficial.
Allí fue condecorada por el Gobierno, y hasta ensayó una canción en pleno Machu Picchu para delirio de multitudes que no entendían muy bien quien era esa señora emplumada en medio de las famosas ruinas y con voz extraña.
Fue su canto del cisne.
Ya estaba muy enferma.
La cuidaba su secretario de años Damon Devine,  quien la atendió hasta el  último momento.
Tiene página web: Yma-Sumac.com donde hasta se puede escuchar su voz, comprar sus discos y ver su evolución a través de los años.

El reconocimiento final
El famoso compositor norteamericano Virgil Thomson escribió sobre ella “Su voz tiene gran belleza y su técnica vocal es impecable. Canta en notas muy graves y cálidas, y muy altas como trinos de pájaros, y sus tonos medios no son menos encantadores que los extremos de su registro. Sus atributos naturales son tan grandes que sólo es de lamentar que no se haya dedicado a estudiar un repertorio de música culta en lugar de hacer durante toda su vida estas exhibiciones de circo subiendo y bajando la voz…eso sí, sin desafinar nunca”.
En las notas necrológicas que le dedicaron los grandes diarios norteamericanos se pudo  leer: “En 2005 se editó Queen of Exotica” una antología de su trabajo. Se la considera hoy, entrado el siglo XXI,  una inspiración fundamental para varios artistas del punk rock inglés”.

Vaya largo camino recorriste muchacha… de princesa inca a musa punk…

Copyright © 2014 Enrique Mrak. El contenido de éste blog se encuentra resguardado bajo los términos del Derecho de Autor Prohibida su reproducción parcial o total sin autorización por escrito de su autor. 

Yma en sus años de Hollywood c. 1954
 
Yma Sumac c.1956


jueves, 7 de agosto de 2014


Sarrasani



Pocos nombres significan tanto para el circo -desde hace más de un siglo- que la sola enunciación del nombre Sarrasani.
Con origen en Dresde, Alemania,  en 1888,  donde un señor de nombre Hans Stosch Sarrasani sintió un “llamado imperioso a formar parte del mundo del circo”.
Claro,  eran tiempos de carromatos que iban y venían por los caminos de medio mundo,  de animales amaestrados, de seres excéntricos o verdaderos “freaks” que hoy resultarían no sólo políticamente incorrectos  si no directamente insoportables para un público ahora deslumbrado- a nivel planetario- con los despliegues estéticos del Cirque du Soleil.
Hay decenas y decenas de películas dedicadas al circo y a lo que allí ocurría con títulos como los esplendores oscarizados de “El espectáculo más grande del mundo” (1952) con pistas simultáneas y choque de trenes espectacular incluido… a  la  maestría de “El circo” (1928) de Charles Chaplin.

De la carpa a la empresa
Sarrasani, cuya imagen más conocida lo muestra de impecable uniforme blanco,  parado frente a un enorme elefante, convirtió su circo en una “empresa de espectáculos” con un despliegue pocas veces visto.
Ya en 1912 funcionaba su famoso “Palacio del circo” con capacidad para miles de espectadores, un domo central de 57 metros de diámetro y novedosísima tecnología que permitía llenar los espacios con agua o elevar a la audiencia completa varios metros sobre el nivel original.
El periodista y escritor Gustavo Bernstein en su libro “Sarrasani, entre la fábula y la epopeya” cuenta: “El 1 de agosto de 1914, en plena función, irrumpió en la pista un oficial del ejército y,  ante el asombro general, dio lectura a una orden de movilización. Alemania entraba en  guerra con Rusia. Mientras el público aplaudía y vitoreaba, Sarrasani hacía sus cálculos. La debacle era inminente…”



El exilio sudamericano
Todo ello le llevará a que busque nuevos horizontes,  no importando lo lejos que estos estuvieran ya que no eran tiempos para andar de gira por Europa.
Entonces se embarca con toda su  “troupe” (que incluyó a 230 personas, 180 animales y un equipaje equivalente a 120 vagones de tren) hacia  Sudamérica.
Fueron años de viajes de un lado al otro.
A Montevideo llegaron  el 15 de diciembre de 1923 a bordo del vapor “Luddendorf”.
Fue un suceso fenomenal.
Enrique Santos Discépolo en su tango “Justo el 31” lo incluye en la letra con el ya famoso  “¡Ahí va Sarrasani con el chimpancé”,  aunque la imagen era referida a una pobre mujer cuyo único “pecado” era ser fea (!)
Tango misógino,  si los hay…
Llegados los años 30, Sarrasani  estaba muy enfermo.
Problemas cardiacos y una hidropesía creciente le hacían casi imposible trasladarse.
Sus tobillos adquirían un diámetro increíble y decía de sí mismo “Tanto tiempo trabajando con los elefantes que al final tengo mis piernas como ellos”.
Será entonces su hijo Hans Stosch Jr. quien quede al mando de la compañía.
 El 20 de septiembre de 1934 estando en San Pablo, el legendario Sarrasani muere en un hospital público.

¿Un pacto con el diablo?
El hijo, luego de la muerte de su padre,  solicita ayuda a Joseph Goebbels y la obtiene.
La imagen de semejante empresa era útil para el III Reich, a cambio, le pidieron que sólo contratara a artistas “amigos”.
Una imprevista situación va a truncar los planes que tenía Goebbels para el Circo.
 El 9 de julio de 1941 Hans Jr. muere repentinamente de un paro cardiaco.
 Su esposa Trude Stosch Sarrasani -quien tenía 28 años- toma el mando. Decide mantener al circo lejos de las contiendas bélicas.
Tiene a su lado al trapecista húngaro Gabor Némedy quien  será encarcelado en 1944 por la Gestapo acusado de “actitudes antialemanas cercanas a la traición”.
Pero en esas asombrosas jugadas del destino que tuvo el circo “Sarrasani”, durante un fuerte bombardeo aliado sobre Dresde -donde Némedy estaba preso- puede huir junto con Trude,  con quien se casa tan pronto pueden.
Vendrá a los pocos meses el fin de la Guerra, la lucha por conseguir el “certificado de desnazificación” para ambos y en 1948 la pareja embarcó para Buenos Aires (con breve pasaje por Montevideo) donde estrenarán un nuevo espectáculo “a todo trapo” con la ayuda directa del peronismo fundacional de entonces.

El circo peronista
Evita y Perón serán invitados de honor en cada estreno,  al punto que en 1950 será la propia Eva quien “sugiera” que el circo pase  a llamarse oficialmente “Sarrasani, Circo Nacional Argentino” cosa que ocurre.
Fue el único Circo Peronista oficial que existió.

El final
Pasaron muchos años entre funciones, giras internas y cancelación de espectáculos sin fecha de retorno.
Pero  a comienzos de 2010 se anunció inesperadamente que  “Sarrasani: El original” volvía con funciones en Buenos Aires y Mar del Plata.
Es que Trude Stosch Sarrasani-a los  96 años- decidió salir desde su casa en San Clemente de Tuyú (Argentina) y retomar el viejo proyecto.
Pero… falleció el 4 de junio de 2009,  no sin antes venderle los derechos mundiales del nombre al arquitecto y productor de espectáculos  Jorge Héctor Bernstein quien 4 años después debutó en el Tattersall de Palermo con el espectáculo Graf Story creado por el ilusionista Evgeniy Voronin y un elenco de 25 de artistas europeos, acompañados por un suntuoso menú de los chefs del Complejo.
Fue un éxito efímero que no prosperó.
Las presentaciones duraron mucho menos de lo previsto y no generó el entusiasmo esperado. Fueron más las notas de prensa que los asistentes…
En invierno de 2013 hicieron algunas funciones en Buenos Aires para público infantil que tampoco fueron un éxito, el empresario (dueño de locales de fiestas en Argentina) Jorge Bernstein sigue siendo dueño del nombre y la marca Sarrasani.
El futuro del Circo como tal,  no es seguro.
En los últimos años figuras de la ex URSS se habían integrado al mismo.
Tal vez sigan apareciendo con el nombre legendario cada tanto y con formatos variados, con cena, sin cena, para niños, para adultos…
Lo que es seguro es NUNCA podrán ser lo que fueron, sólo queda un nombre- hoy desconocido por las nuevas generaciones- que supo ser sinónimo de GRAN circo en el mundo entero y la imagen de aquel hombre vestido de blanco con sus elefantes o de la mano con un chimpancé como la letra de un tango hoy tan políticamente incorrecto que ni se escucha…

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Sarrasani con elefante c.1930

                                          Placa esmaltada de anuncio c.1920
                                          Cartel para giras c. 1925


                                   Sarrasani de uniforme c.1927


viernes, 1 de agosto de 2014


Yo no se que me han hecho tus ojos


Este  vals criollo del mismo título que esta nota fue compuesto  y editado por Francisco Canaro en 1933 “bajo los encantos de aquellos ojos verdes de la emperatriz del tango, Ada Falcón”.
Ese mismo título da nombre a un documental con dirección compartida de Sergio Wolf y Lorena Muñoz realizado entre 1998 y  2003 que tuvo un breve paso por La Linterna Mágica por una semana de septiembre de 2003.
Una lástima.

Es muy difícil que se estrenen documentales en nuestras salas (salvo que sean de Michael Moore…) y menos documentales referidos a una leyenda popular rioplatense.

Mi amigo especialista en tango y afines, Luis Lecaldare,  me acercó hace ya meses un notable material referido Ada Falcón a quien describieron durante años como “La Greta Garbo del tango”.

La historia es fascinante.

Es que,  como dice Jorge Gottling en el diario Clarín del 9 de  julio de 1988 “Es absolutamente una simplificación decir “de la fama al olvido” para contar la historia de Falcón,  que se retiró en 1942 cuando tenía 38 años y nunca más apareció  en público”.
Lo que intenta el documental es tratar de conocer las causas de aquel retiro voluntario y saber, mas allá de las leyendas, que pasó exactamente con una cantante excepcional que tenía “los ojos verdes más lindos el mundo”, algo poco comprobable hoy porque apenas hay algunas filmaciones y son en blanco y negro, además haber perdido uno de los ojos... ¡Vaya paradoja!
Wolf y Muñoz siguen su intuición y algunos datos sueltos y logran encontrar –y entrevistar – a Ada en 1998 antes de tener el documental.
Me retiré en momentos de esplendor y perdí todo, por el llamado del Señor. Me molesta que digan que se trata de una actitud mística: soy católica, apostólica y romana (sic).
“Perdí todo y este es un dato de la más triste realidad: desde el palacete en Palermo Chico, desde el Cadillac, desde los derechos de autor, desde el dinero de los discos y de esa plata fácil que da generalmente el éxito. No tengo nada. Tengo a Dios en mi corazón…” .
Estas declaraciones de la artista son solamente una primera pista.

Las vueltas de la vida y las vueltas de la muerte…

Fallecida el 2 de enero de 2002 a los 98 años,  estuvo siete décadas (desde los cuarenta hasta entrado el siglo XXI)  recluida  en un convento cercano a Córdoba (Argentina).
En el documental le “roban” algunas imágenes verdaderamente conmovedoras como cuando, preparándose en la penumbra de su pequeña habitación, se maquilla  mostrando una coquetería que no perdió aunque su belleza haya quedado en el más recóndito olvido detrás de unos lentes gruesos, una importante calvicie y lo más impresionante, cuando la cámara descubre -por un instante- un parche sobre uno de sus legendarios ojos…
A través de fotos de archivo y al escasísimo material filmado, a la manera de un detective sereno el documental va reconstruyendo la vida de esta mujer que en los años de gloria de otras grandes divas del tango como Tita Merello o Azucena Maizani logró ser conocida por el público como “la emperatriz del tango”, una estrella que vivía en un imponente palacete y que para secarse el pelo se subía a uno de sus autos descapotables y manejaba a toda velocidad….
Nadie se explicó  porqué lo abandonó todo para hacer votos de silencio y pobreza.
El frustrado amor por Canaro puede ser una respuesta.
La vida (o la muerte) les iba a jugar fuerte.
En el final, en el sepelio de Falcón en un día lluvioso que registran los documentalistas  y al que asistieron 6 personas, el féretro es colocado en un panteón de artistas exactamente en al lado del lugar donde reposa Canaro quien-se dice- la hizo sufrir demasiado…para terminar juntos eternamente.
Ironías del destino…
Sin ver casi, sorda,  pero muy  lúcida  y ácida en sus respuestas, contesta las preguntas que le hacen los documentalistas con los restos muy presentes de quien debe haber sido una luz en sus años de gloria.
Sobre su vida, sobre otros artistas -para lo cual le colocan un CD player con mucha amplificación al lado - la hacen escucharse a si misma y  dice, “¿quién grita así, esa soy yo?”.
Exactamente 60 años estuvo Ada Falcón recluida en Córdoba.
Es obvio que rompió por lo menos su voto de silencio,  a fines de los ochenta dio una nota a Clarín,  aunque estuvo casi cuarenta años sin hablar con la prensa.
Y la leyenda continuará cada vez en que, sin saber la historia, alguien cante “Yo no se si es cariño el que siento/ yo no se si será una pasión/ sólo se que al no verte, una pena/ va rondando por mi corazón…. / Yo no sé que me han hecho tus ojos/que al mirarme me matan de amor…

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Ada Falcón en su esplendor c. 1940