DIARIO DE VIAJE
EGIPTO (2)
Esta aventura ha sido compartida con
Alejandra Casablanca sin cuya compañía, apoyo y afecto habría sido imposible
de realizar.
A ella está dedicado este Diario
En
Egipto amanece mucho más temprano,
Es otoño y, como contrapartida, a las seis de la tarde ya se puso el sol y
titilan las estrellas.... La primera mañana después de nuestra llegada,
teléfonos y alarmas nos despertaron a las seis, para comprobar que la bruma
sobre El Cairo se iba a repetir cada día.
En
El Cairo amanece siempre con niebla, es una niebla rara, mezcla de humo, smog
y nubes bajas y aunque el sol se perciba por sobre esa capa gris y
espesa...le pintará un color especial al gran río Nilo que atraviesa la
ciudad.
La
jornada se presumía intensa, y nosotros, al contrario de la mayoría de los
visitantes que inicia el descubrimiento de estas tierras por las míticas
pirámides y la esfinge, comenzamos por aprehender los misterios de la
convivencia de religiones y culturas, el casco antiguo, la estremecedora ciudad
de los muertos, el corazón de la profunda religiosidad de los cairotas, el
mercado Jar el-Jalili, y los
testigos de la historia que pueblan el enorme Museo Egipcio de El Cairo.
A
las 7 de la mañana ya estábamos en un, impecable ómnibus con aire polar donde
veremos, por vez primera a parte del pequeño grupo de quienes serán nuestros
compañeros y compinches de aventura y hará su entrada triunfal nuestro guía y
anfitrión por las próximas dos semanas: Essan
el Tahtawi.
Essam habla un perfecto
español – con el correr de los días y las charlas entre maravilla y
maravilla- sabremos que estudiò arte en la Universidad de El Cairo y
filología hispánica en Barcelona.
Es
un narrador de cuentos de las mil y una noches, no sólo sabe de lo que habla
sino que vibra ante cada historia logrando un clima de intimidad que revive
personajes, hechos, es el mago que nos transporta miles de años en la
historia y es un musulmán gozosamente creyente y es la voz de Osiris, Orus o alguno de los Ramsès o Thutmosis.
La
ciudadela es el centro natural de toda visita a El Cairo Islámico, y alimenta
la fantasía y confunde la realidad “El río y las montañas de basura, el castillo, el acueducto
y los barrios bajos abandonados circunscribían el centro de la ciudad.
Gran
parte de los bazares se hallaba en los densos barrios del noreste,
arrellanados en medio de cascotes y escombros de los palacios fatimíes...
detrás de las calles comerciales había pequeños patios y amplias moradas,
donde vivían apiñadas comunidades de credos y tribus estrechamente
emparentados...
“La ciudad era como una mente desordenada,
una expresión de deseos arcaicos y recuerdos sumergidos de dinastías
desaparecidas”... así, describió Robert Irwin, en su libro “Nocturno Oriental”al casco antiguo
cairota, y así exactamente es......
Pocas
personas se adentran por las callecitas, estrechas, sin sentir emoción e
inquietud a la vez.
Por
ellas transitan carros tirados por burros que dejan en las veredas su
estiércol, que se mezcla con los escapes de agua, y el olor a nafta y
especias.
Están
cerca mezquitas y bazares, y calles medievales y Mercedes Benz último modelo.
El
olor a las shishas y frituras
quedan flotando en los callejones donde los almueicines llaman a la oración entonando desde las torres el ¡Alá u’akbar! .... ¡Dios es el más
grande!
Y
los mendigos esperando su limosna, y los niños pidiendo “pencil...pencil” que
volveremos a ver multiplicados, en el Alto Egipto.
La
mayoría de los monumentos reciben el nombre de sus fundadores.
En
el recorrido que como primera parada nos llevará hasta la majestuosa Mezquita de Alabastro, Essam nos contará historias sobre el acueducto, la
muralla de la ciudadela de Saladino...el legendario creador de Al Qahira....que será El Cairo muchos
siglos después.......otras mezquitas donde están los restos de Saddat, del
sultán Hassan, del Sha de Iràn y por supuesto, los estilizados minaretes como
símbolo del llamado a la oración.
A
lo lejos, distinguimos tres minaretes que se alzan en el cielo como agujas:
son los minaretes de la mezquita de Muhamad Alí, la más grande de El Cairo, la de Alabastro....
La
construcción comenzó en 1830 y se extendió
por más de un decenio y medio.
Este hombre sería Rey y sus descendientes gobernarán
Egipto hasta la revolución de 1952.
Essam
pide y contagia respeto antes de entrar a este inmenso templo, construido
tomando como modelo Santa Sofìa de Constantinopla
.
En
el exterior, además de sus gigantescas cúpulas orientales y los tres
minaretes, varias frases de El Corán en un azul intenso adornan la
construcción.
Una
alfombra roja nos indica que debemos descalzarnos, algunas visitantes mujeres
deberán usar unas capas verdes que egipcias de pañuelo en cabeza y cuello les
pondrán para tapar sus desnudos hombros occidentales y veremos la torre con
el reloj que nunca funcionó y que Muhammad Alì le cambió por un obelisco del
Antiguo Egipto al Rey Luis Felipe de Francia en 1845...y hoy, quiero creer
que (con algo de vergüenza) sea verdad el texto de un cartel que anuncia que
finalmente el gobierno de Francia financiará la obra de puesta en marcha del famoso reloj
160 años después de hacerse del obelisco que hoy se luce en la place de la
Concorde.....
Una
vez dentro, Essan, nuestro guía mago
nos convertirá en niños asombrados para escuchar relatos de la vida de
Mohamad Alí aquel griego, de origen albanés, que terminó con los mamelucos,
aquellos mercenarios de origen turco que gobernaron por siglos Egipto....
Dominando
el arte de la diplomacia, finge un pacto de paz inexistente e invita a una
cena en su palacio para lograr un acuerdo de convivencia.
Tras
la comida y la despedida de los miles de mamelucos que se retiraban contentos
por los acuerdos, ordena cerrar las puertas y los asesina a todos.... a
todos, menos, uno, que como en todo relato, se escapa saltando con su caballo
para poder contar la historia y para que veamos hoy el lugar imposible del
salto a la vida....e imaginemos la sangre llegando al Nilo....
La
acústica de la mezquita nos produce escalofrío y una posterior sensación
extraña de espiritualidad que nos acerca por primera vez la religiosidad de
los otros...... sentados en círculo dentro sobre las impresionantes alfombras
que cubren ese espacio gigante que es la mezquita, la gente habla suavemente
mientras laboriosos jóvenes egipcios limpian incansablemente lugares recónditos
haciendo que el alabastro interior se convierta en un espejo.
Essam...de
pronto, se para y con sus dos manos rodeando la boca exclama ¡Alá!, y el
grito y su eco invaden cada rincón del templo.....
Todavía
conmovidos por las historias y el eco de Dios en los oídos, seguimos viaje
hacia otro lugar de leyenda: el barrio copto.
Se
llama “coptos” a los egipcios cristianos .Y su liturgia y sus rezos son lo más
parecido a la lengua que hablaron los faraones que aún existe en este mundo.
El
ómnibus nos deja cerca de un callejón que dibujará parte de la historia que
conocemos, creyentes y no creyentes.
El
grupo de iglesias pequeñas y llenas de olores que mezclan el incienso y la
mirra , sugiere un aire de cierta desconfianza hacia los extraños, quizás, en
una actitud heredada de los siglos de dominio del imperio romano.
En
este barrio está la historia de la huida de la Sagrada Familia a causa de Herodes...
Caminamos
por las piedras que tapan hoy el recorrido de María con José y el niño Jesús...
entramos a las Iglesias que conservan las criptas donde se escondían los
cristianos en los primeros siglos de nuestra era....
En
San Sergio, la primera Iglesia
cristiana de Egipto aún se encuentra la cripta donde se alojó la Sagrada Familia
y la gente mira atónita un lugar simple y sin lujos en el que fueron quedando
a lo largo de los siglos...objetos de Bizancio, de las cruzadas...alfombras
sin edad que la gente toca con veneración infinita....y las voces y el aire
penetrante que ahora mezcla olores a naranjas e incienso.....
En
Santa Bárbara, las pequeñas velas
iluminan cuadros bizantinos, y de una columna en la que la gente deja
pequeñas cartas, se asegura que cada tanto brota sangre....sin explicación.
Como para afirmar si fuera necesario, el misterio y la presencia divina.
También
vemos San Jorge, la única iglesia
circular de Egipto.
Pero
la historia, es testaruda, y une mucho más que separa... allí nomás, a pasos
de estas iglesias tan primitivas....tan simbólicas, está situada la Sinagoga
de Ben Ezra, el único vestigio de
la antigua comunidad judía que habitó El Cairo... ¿y por qué es especial?
Porque
tanto la tradición judía como la copta afirman que en ese sitio, que en la
antigüedad estaba en la rivera del Nilo, la hija del faraón encontró una
cesta con Moisés.....
Essan
repartirá billetes de 10
libras egipcias a cada paso, en cada templo o lugar
que visitamos, como parte de un ritual personal que le facilita y abre las
más inesperadas puertas.
De
regreso al ómnibus casi nadie habla.
No
hace falta, cada uno habrá hecho su propia ofrenda...su propio viaje
espiritual....
Pasamos
lentamente por la Ciudad de los Muertos y uno se estremece......
Cuando
hace unos años los egipcios con necesidades imperiosas no tenían donde
vivir...tomaron por asalto el gigantesco cementerio
mameluco de El Cairo de los siglos XIV y XV de nuestra era y comenzaron a
vivir en sus panteones que son enormes y ostentosos.
Hoy
son 175 mil las personas que allí habitan.
Y
no es extraño ver una antena parabólica sobre un panteón o una larga cuerda
de ropa tendida al sol entre dos estatuas fúnebres....esa es también una
realidad de El Cairo de hoy.
Seguimos
viaje...y Essam nos llevará a otro mundo, no por diferente menos especial: el
famoso mercado Jar el–Jalili… el
que palpita con su actividad comercial desde el medioevo. En sus calles, en
sus puestos improvisados o a todo esplendor se vende de todo...desde joyas a
boniatos asados....desde camisetas que dicen “Hard Rock Café Cairo” a keifas de todos colores.
Lo
lúdico entra en escena para algunos, y la vergüenza o el aburrimiento para
otros.
Nada
tiene el precio que dicen que tiene...el juego del regateo está en marcha y a
veces para nuestras estructuradas mentes occidentales resulta agotador....
Preguntar
por una artesanía, o una camiseta o un falso papiro y retirarse sin regatear
preanuncia una persecución callejera por parte del vendedor, que con la mayor
simpatía irá bajando su precio hasta lograr su cometido...vendernos aquello
por lo que preguntamos...y algo más....
Los
colores de las pañoletas y túnicas (las famosas chilabas), mezclados con los
dorados de las tiendas que venden narguilés
(las pipas de agua), se mezclan con las bolsas repletas de especias... , y
los gritos de los vendedores que hablan todos los idiomas hasta dar con el
tuyo... French? Italian? Spanish?
Allí
nos perderemos un ratito por una oscura callecita lateral, donde el
descubrimiento del mítico Café Fishawi,
nos encontrará tomando té a la menta y Coca Cola, mientras los personajes del
lugar insisten en que probemos el narguilé de manzana y nos lustremos los
zapatos... cosa que conseguirán, naturalmente.....
La
cantidad de información, de historia, de mitos y realidades conocidas por los
libros supera la cabeza de estos dos periodistas uruguayos, perdidos en una callejuela de Jar el –Jalili.
Casi
no nos hablamos, nos miramos, nos sonreímos y no podemos creer. .....Tal vez
estemos soñando y no nos queremos despertar......
Copyright © EM
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