viernes, 14 de marzo de 2014





DIARIO DE VIAJE
EGIPTO (2)

Esta aventura ha sido compartida con Alejandra Casablanca sin cuya compañía, apoyo y afecto habría sido imposible de realizar.
A ella está dedicado este Diario



En Egipto amanece mucho más temprano,
Es otoño y, como contrapartida, a las seis de la tarde ya se puso el sol y titilan las estrellas.... La primera mañana después de nuestra llegada, teléfonos y alarmas nos despertaron a las seis, para comprobar que la bruma sobre El Cairo se iba a repetir cada día.
En El Cairo amanece siempre con niebla, es una niebla rara, mezcla de humo, smog y nubes bajas y aunque el sol se perciba por sobre esa capa gris y espesa...le pintará un color especial al gran río Nilo que atraviesa la ciudad.
La jornada se presumía intensa, y nosotros, al contrario de la mayoría de los visitantes que inicia el descubrimiento de estas tierras por las míticas pirámides y la esfinge, comenzamos por aprehender los misterios de la convivencia de religiones y culturas, el casco antiguo, la estremecedora ciudad de los muertos, el corazón de la profunda religiosidad de los cairotas, el mercado Jar el-Jalili, y los testigos de la historia que pueblan el enorme Museo  Egipcio de El Cairo.



A las 7 de la mañana ya estábamos en un, impecable ómnibus con aire polar donde veremos, por vez primera a parte del pequeño grupo de quienes serán nuestros compañeros y compinches de aventura y hará su entrada triunfal nuestro guía y anfitrión por las próximas dos semanas: Essan el Tahtawi.
Essam habla un perfecto español – con el correr de los días y las charlas entre maravilla y maravilla- sabremos que estudiò arte en la Universidad de El Cairo y filología hispánica en Barcelona.
Es un narrador de cuentos de las mil y una noches, no sólo sabe de lo que habla sino que vibra ante cada historia logrando un clima de intimidad que revive personajes, hechos, es el mago que nos transporta miles de años en la historia y es un musulmán gozosamente creyente y es la voz de Osiris, Orus o alguno de los Ramsès o Thutmosis.


La ciudadela es el centro natural de toda visita a El Cairo Islámico, y alimenta la fantasía y confunde la realidad “El río y las montañas de basura, el castillo, el acueducto y los barrios bajos abandonados circunscribían el centro de la ciudad.

Gran parte de los bazares se hallaba en los densos barrios del noreste, arrellanados en medio de cascotes y escombros de los palacios fatimíes... detrás de las calles comerciales había pequeños patios y amplias moradas, donde vivían apiñadas comunidades de credos y tribus estrechamente emparentados...
La ciudad era como una mente desordenada, una expresión de deseos arcaicos y recuerdos sumergidos de dinastías desaparecidas”... así, describió Robert Irwin, en su libro “Nocturno Oriental”al casco antiguo cairota, y así exactamente es......





Pocas personas se adentran por las callecitas, estrechas, sin sentir emoción e inquietud a la vez.
Por ellas transitan carros tirados por burros que dejan en las veredas su estiércol, que se mezcla con los escapes de agua, y el olor a nafta y especias.
Están cerca mezquitas y bazares, y calles medievales y Mercedes Benz último modelo.
El olor a las shishas y frituras quedan flotando en los callejones donde los almueicines llaman a la oración entonando desde las torres el ¡Alá u’akbar! .... ¡Dios es el más grande!


Y los mendigos esperando su limosna, y los niños pidiendo “pencil...pencil” que volveremos a ver multiplicados, en el Alto Egipto.
La mayoría de los monumentos reciben el nombre de sus fundadores.
En el recorrido que como primera parada nos llevará hasta la majestuosa Mezquita de Alabastro, Essam nos contará historias sobre el acueducto, la muralla de la ciudadela de Saladino...el legendario creador de Al Qahira....que será El Cairo muchos siglos después.......otras mezquitas donde están los restos de Saddat, del sultán Hassan, del Sha de Iràn y por supuesto, los estilizados minaretes como símbolo del llamado a la oración.


A lo lejos, distinguimos tres minaretes que se alzan en el cielo como agujas: son los minaretes de la mezquita de Muhamad Alí, la más grande de El Cairo, la de Alabastro....

La construcción comenzó en  1830 y se extendió por más de un decenio y medio.
Este  hombre sería Rey y sus descendientes gobernarán Egipto hasta la revolución de 1952.


Essam pide y contagia respeto antes de entrar a este inmenso templo, construido tomando como modelo Santa Sofìa de Constantinopla
.
En el exterior, además de sus gigantescas cúpulas orientales y los tres minaretes, varias frases de El Corán en un azul intenso adornan la construcción.

Una alfombra roja nos indica que debemos descalzarnos, algunas visitantes mujeres deberán usar unas capas verdes que egipcias de pañuelo en cabeza y cuello les pondrán para tapar sus desnudos hombros occidentales y veremos la torre con el reloj que nunca funcionó y que Muhammad Alì le cambió por un obelisco del Antiguo Egipto al Rey Luis Felipe de Francia en 1845...y hoy, quiero creer que (con algo de vergüenza) sea verdad el texto de un cartel que anuncia que finalmente el gobierno de Francia financiará  la obra de puesta en marcha del famoso reloj 160 años después de hacerse del obelisco que hoy se luce en la place de la Concorde.....
Una vez dentro, Essan,  nuestro guía mago nos convertirá en niños asombrados para escuchar relatos de la vida de Mohamad Alí aquel griego, de origen albanés, que terminó con los mamelucos, aquellos mercenarios de origen turco que gobernaron por siglos Egipto....

Dominando el arte de la diplomacia, finge un pacto de paz inexistente e invita a una cena en su palacio para lograr un acuerdo de convivencia.

Tras la comida y la despedida de los miles de mamelucos que se retiraban contentos por los acuerdos, ordena cerrar las puertas y los asesina a todos.... a todos, menos, uno, que como en todo relato, se escapa saltando con su caballo para poder contar la historia y para que veamos hoy el lugar imposible del salto a la vida....e imaginemos la sangre llegando al Nilo....


La acústica de la mezquita nos produce escalofrío y una posterior sensación extraña de espiritualidad que nos acerca por primera vez la religiosidad de los otros...... sentados en círculo dentro sobre las impresionantes alfombras que cubren ese espacio gigante que es la mezquita, la gente habla suavemente mientras laboriosos jóvenes egipcios limpian incansablemente lugares recónditos haciendo que el alabastro interior se convierta en un espejo.

Essam...de pronto, se para y con sus dos manos rodeando la boca exclama ¡Alá!, y el grito y su eco invaden cada rincón del templo.....
Todavía conmovidos por las historias y el eco de Dios en los oídos, seguimos viaje hacia otro lugar de leyenda: el barrio copto.
Se llama “coptos” a los egipcios cristianos .Y su liturgia y sus rezos son lo más parecido a la lengua que hablaron los faraones que aún existe en este mundo.

El ómnibus nos deja cerca de un callejón que dibujará parte de la historia que conocemos, creyentes y no creyentes.

El grupo de iglesias pequeñas y llenas de olores que mezclan el incienso y la mirra , sugiere un aire de cierta desconfianza hacia los extraños, quizás, en una actitud heredada de los siglos de dominio del imperio romano.

En este barrio está la historia de la huida de la Sagrada Familia a causa  de Herodes...

Caminamos por las piedras que tapan hoy el recorrido de María con José y el niño Jesús... entramos a las Iglesias que conservan las criptas donde se escondían los cristianos en los primeros siglos de nuestra era....

En San Sergio, la primera Iglesia cristiana de Egipto aún se encuentra la cripta donde se alojó la Sagrada Familia y la gente mira atónita un lugar simple y sin lujos en el que fueron quedando a lo largo de los siglos...objetos de Bizancio, de las cruzadas...alfombras sin edad que la gente toca con veneración infinita....y las voces y el aire penetrante que ahora mezcla olores a naranjas e incienso.....


En Santa Bárbara, las pequeñas velas iluminan cuadros bizantinos, y de una columna en la que la gente deja pequeñas cartas, se asegura que cada tanto brota sangre....sin explicación. Como para afirmar si fuera necesario, el misterio y la presencia divina.
También vemos San Jorge, la única iglesia circular de Egipto.

Pero la historia, es testaruda, y une mucho más que separa... allí nomás, a pasos de estas iglesias tan primitivas....tan simbólicas, está situada la Sinagoga de Ben Ezra, el único vestigio de la antigua comunidad judía que habitó El Cairo... ¿y por qué es especial?

Porque tanto la tradición judía como la copta afirman que en ese sitio, que en la antigüedad estaba en la rivera del Nilo, la hija del faraón encontró una cesta con Moisés.....

Essan repartirá billetes de 10 libras egipcias a cada paso, en cada templo o lugar que visitamos, como parte de un ritual personal que le facilita y abre las más inesperadas puertas.

De regreso al ómnibus casi nadie habla.
No hace falta, cada uno habrá hecho su propia ofrenda...su propio viaje espiritual....
Pasamos lentamente por la Ciudad de los Muertos y uno se estremece......

Cuando hace unos años los egipcios con necesidades imperiosas no tenían donde vivir...tomaron por asalto el gigantesco cementerio mameluco de El Cairo de los siglos XIV y XV de nuestra era y comenzaron a vivir en sus panteones que son enormes y ostentosos.
Hoy son 175 mil las personas que allí habitan.

Y no es extraño ver una antena parabólica sobre un panteón o una larga cuerda de ropa tendida al sol entre dos estatuas fúnebres....esa es también una realidad de El Cairo de hoy.

Seguimos viaje...y Essam nos llevará a otro mundo, no por diferente menos especial: el famoso mercado Jar el–Jalili… el que palpita con su actividad comercial desde el medioevo. En sus calles, en sus puestos improvisados o a todo esplendor se vende de todo...desde joyas a boniatos asados....desde camisetas que dicen “Hard Rock Café Cairo” a keifas de todos colores.

Lo lúdico entra en escena para algunos, y la vergüenza o el aburrimiento para otros.
Nada tiene el precio que dicen que tiene...el juego del regateo está en marcha y a veces para nuestras estructuradas mentes occidentales resulta agotador....

Preguntar por una artesanía, o una camiseta o un falso papiro y retirarse sin regatear preanuncia una persecución callejera por parte del vendedor, que con la mayor simpatía irá bajando su precio hasta lograr su cometido...vendernos aquello por lo que preguntamos...y algo más....


Los colores de las pañoletas y túnicas (las famosas chilabas), mezclados con los dorados de las tiendas que venden narguilés (las pipas de agua), se mezclan con las bolsas repletas de especias... , y los gritos de los vendedores que hablan todos los idiomas hasta dar con el tuyo... French? Italian? Spanish?


Allí nos perderemos un ratito por una oscura callecita lateral, donde el descubrimiento del mítico Café Fishawi, nos encontrará tomando té a la menta y Coca Cola, mientras los personajes del lugar insisten en que probemos el narguilé de manzana y nos lustremos los zapatos... cosa que conseguirán, naturalmente.....

La cantidad de información, de historia, de mitos y realidades conocidas por los libros supera la cabeza de estos dos periodistas uruguayos,  perdidos en una callejuela de Jar el –Jalili.

Casi no nos hablamos, nos miramos, nos sonreímos y no podemos creer. .....Tal vez estemos soñando y no nos queremos despertar......
Copyright © EM



Imágenes el mercado Jan el Jalili, El Cairo








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