Alfonsina
Pocos
nombres remiten a un personaje en esta parte del mundo como el de Alfonsina.
Si
lo mencionamos, sabemos ciertamente que
es Alfonsina Storni, la poeta
argentina.
Y
si no lo sabemos, probablemente hayamos escuchado alguna vez esa preciosa
canción “Alfonsina y el mar” con letra de Félix Luna y música de Ariel
Ramírez.
Trabajando
en la coordinación de una gran exposición/homenaje a nuestra Juana (¿hay que decir Juana de
Ibarbourou u ocurre lo mismo con solo el nombre?) el martes 3 de marzo de 2009,
me encontré con la foto de “las tres
grandes”, Juana, Alfonsina y Gabriela (¿hay que decir Mistral?) sacada en
Montevideo un día de 1938.
La suicida
Hemos
escuchado muchas veces que Alfonsina se suicidó “metiéndose en el mar”, la
canción lo deja claro y aumenta la leyenda.
La
realidad dice hoy que se tiró desde un muelle.
Entonces
me puse a buscar material y me encontré con que su único hijo, Alejandro
Alfonso Storni- fallecido en 2009 a los 97 años- maestro jubilado, siguió manteniendo firme
la memoria de su madre hasta el fin.
Alfonsina Carolina
Storni Martignoni nació en Sala Capriasca, cantón Tesino, Suiza el 22 de
mayo de 1892.
La familia, la
llegada a la Argentina
Contra
lo que ha dicho por mucho tiempo la leyenda urbana, su familia tenía prósperos
negocios ya en Argentina en la zona de Cuyo y el padre, Alfonso Storni, integraba la empresa “Cerveza Los Alpes de
Storni y Cía.”
Alfonsina
llegó a Argentina cuando ya tenía 4 años instalándose en San Juan, luego (en
1901) se van a Rosario en Santa Fe, ya con problemas económicos y su padre abre
el “Café Suizo”. Pero inesperadamente en 1906, cuando la futura escritora
tenía 14 años, el padre muere dejando a
la familia en una situación muy difícil económicamente.
Alfonsina
ya había atendido el café de su padre, trabajará entonces como obrera en una
fábrica de gorras para volcarse prematuramente al teatro.
Y
también decide ser maestra, recibiéndose en 1911 con 19 años.
Por
entonces se vincula con círculos intelectuales de Santa Fe y comienza a
escribir en “Monos y monadas” una publicación de gran importancia entonces.
Madre soltera, el
escándalo
Y
en una circunstancia insólita entonces, se convierte en madre soltera y antes
de cumplir los 20 años.
El
21 de abril de 1912 se va con su hijo a Buenos Aires.
Sola.
Nunca
reveló el nombre del padre de su hijo.
Es
difícil pensar hoy en una mujer madre soltera en ese entonces.
Era
mal mirada, una “casquivana”, pero poco le importó.
Tenía
que darle de comer a su hijo y sostenerse ella misma por lo que sus
conocimientos de maestra más su facilidad para la redacción la llevan a que en
poco tiempo consiga empleo en “Freixas
Hermanos” que importaban aceite de oliva.
Lo
curioso es el cargo que logra “corresponsal
psicológica” y su tarea era la de atender lo que hoy conocemos como
“Servicio al consumidor”, contestando las cartas de quejas o consultas de
quienes compraban los entonces famosos aceites de oliva de “Freixas Hermanos”.
La poeta, la mujer
Ya
se iba perfilando la poeta, y en 1921
con 29 años ya es una escritora reconocida y se trata con prácticamente la
totalidad de la intelectualidad de entonces.
José
Ingenieros, Manuel Ugarte (si, el mismo de Delmira), Blanca de la Vega, Ricardo
Rojas y fundamentalmente Horacio Quiroga,
integraban su círculo más íntimo.
También
estaban cerca de ella Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, Quinquela
Martín y Marcelo Torcuato de Alvear.
Y
así fue llevando una vida que, desde el sacrificio de ser “madre soltera”, logró vences barreras sociales casi
imposibles entonces.
Alfonsina detestada las fotografías por eso hay poca iconografía de ella.
Decía no reconocerse en las fotos.
Conrado Nalé Roxlo fue su primer biógrafo y la describe de esta forma:
"Cuando se trata de averiguar cómo era físicamente Alfonsina, es otro tipo de contradicciones que surgen de la opinión de quienes la trataron. Unos aseguran rotundamente que era fea, otros afirman con la misma convicción que era linda, y algunos tienen que hacer un gran esfuerzo por recordar su rostro que el tiempo parece haber borrado..
Su rostro vivía de adentro hacia fuera, y lo que dejaba era más que una imagen era una impresión. Pasaba del gesto aniñado y la sonrisa tierna y pueril, a la ironía indulgente , la burla ácida, y desde la tristeza sombría a la alegre despreocupación desatada en altas risas. Durante largos años conservó una cara de muchachita, que de pronto se arrugaba y sumía como si le cayera toda la vejez del mundo"
Vivió 46 años.
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Alfonsina detestada las fotografías por eso hay poca iconografía de ella.
Decía no reconocerse en las fotos.
Conrado Nalé Roxlo fue su primer biógrafo y la describe de esta forma:
"Cuando se trata de averiguar cómo era físicamente Alfonsina, es otro tipo de contradicciones que surgen de la opinión de quienes la trataron. Unos aseguran rotundamente que era fea, otros afirman con la misma convicción que era linda, y algunos tienen que hacer un gran esfuerzo por recordar su rostro que el tiempo parece haber borrado..
Su rostro vivía de adentro hacia fuera, y lo que dejaba era más que una imagen era una impresión. Pasaba del gesto aniñado y la sonrisa tierna y pueril, a la ironía indulgente , la burla ácida, y desde la tristeza sombría a la alegre despreocupación desatada en altas risas. Durante largos años conservó una cara de muchachita, que de pronto se arrugaba y sumía como si le cayera toda la vejez del mundo"
El cáncer
En
1935 es operada de cáncer de mama.
Según
su hijo, en una entrevista realizada por la periodista Moira Soto en 1996, “Alfonsina creía entonces que el cáncer era
contagioso y se cuidaba mucho de tocarme sin antes haberse lavado las manos con
alcohol”.
El
25 de octubre de 1938 (el mismo año de la foto de “las tres grandes”)
“garabateó sobre un papel celeste con tinta roja la frase “Me arrojo al mar…” contó su hijo que recordó cada detalle de su
madre. Cuando Alfonsina se suicida Alejandro tenía 15 años y ella 46.
Tres
días antes había enviado a “La Nación “su último poema con el sugerente título
de ‘Voy a dormir’ ”.
Pasaron
19 años y en 1957 con la dirección del hoy revalorizado director alemán Kurt
Lang se estrenó la película “Alfonsina” protagonizada por Amelia
Bence.
Fue
un éxito mayor de boletería.
Después
alguna cosa en televisión… y el silencio.
Hoy,
a 76 años de su muerte, no queda mucho en la memoria de la gente,
salvo la letra de esa canción que dice “Sabe
Dios qué angustia te acompañó, que dolores viejos calló tu voz…Te vas Alfonsina
con tu soledad. ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?”…especialmente en la
versión maravillosa de Mercedes Sosa.
Alfonsina, mientras tanto está con sus amigos
del Club de los poetas suicidas que son muchos y notablemente talentosos.Vivió 46 años.
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Alfonsina en un registro de 1930- Buenos Aires |
Gabriela, Alfonsina y Juana en Montevideo- 1938 |