viernes, 26 de septiembre de 2014

En defensa del Hermano sol






Desde su estreno ha sido denostada y  marcó un antes y un después para su director, Franco Zeffirelli, (nombre real Gianfranco Corsi)  quien nunca más volvió a sus brillos esperables.
Es que pocas películas tuvieron peores críticas que “Hermano sol, hermana luna” (1972) y aún hoy, para muchos, es sinónimo de “mamarracho ilustrado”.
Curiosamente,  esa visión se parece a la de varios grupos católicos fundamentalistas que catalogan al Francisco de Asís de Zeffirelli como “un hippie carente de espiritualidad”.
Es por eso que verla  37 años después de su estreno montevideano adquiere una lectura interesante.

La revisión
Gracias a la reciente edición argentina en  DVD  restaurada del original, se puede ver claramente que lo buscado por el director fue una película bella en sus imágenes y música a partir de la  visión de un esteta cinematográfico por antonomasia,  como  “Héroe” (2002) de Zhang Yimou fue un film político basado en lo estético.
La cara los personajes de Zeffirelli parece sacada de las pinturas del siglo XIII y los escenarios naturales -elegidos milimétricamente- ya sea  para mostrar un cristianismo pobre  o crítico con las jerarquías en su apabullante vestuario (que por cierto fue candidato al premio Oscar,  que no ganó) es un logro a destacar.

Las escenas finales, con la visita de Francisco a Inocencio III filmadas en  la catedral de Monreale (Sicilia) son de una belleza sobrecogedora,  que vista hoy, con sus colores a pleno y sin efecto especial alguno, hace resplandecer cada mosaico de estilo bizantino que la conforma.

Por cierto se pierde mucho en la versión doblada al inglés- que es la que circula - y en la que no obstante, madonna Pica (la gran Valentina Cortese, hoy de 91 años) como madre de Francisco,  dice todos sus parlamentos en francés.

Nada ocurrió actoralmente con el protagonista, Graham Faulkner (hoy con 66 años)  con sólo tres títulos de filmografía posterior, ni con Judi Bowker (Clara) hoy con 60 años y que hizo 18 películas más sin que nadie recuerde un título de ninguna de ellas.

Queda si, el siempre espléndido Alec Guinness (Inocencio III) 5 años antes de ingresar en el parnaso pagano de “Star Wars” como Obi-Wan Kenobi y que falleciera en 2000.

Las canciones de Donovan siguen estando a tono con el cantautor de exquisito tacto que fue en su momento.

¿Está mal ser un esteta?

¿Es una versión edulcorada de la vida de uno de los personajes más interesantes del medioevo cristiano? Sin duda lo es. ¿Y?  ¿Qué tiene de malo la versión de un esteta?
¿Pudo haber sido más interesante limitarse a los hechos históricos con actores y actrices sacados de la calle “a la Passolini”?
Tal vez.
Pero todo ello no impide ver hoy “Hermano sol, hermana luna” sin prejuicios.

Francisco  de Asís murió a los 44 años luego de una vida increíble, en la que intentó -vanamente- rescatar un espíritu de pobreza fundacional de su religión y murió desnudo-literalmente- en medio de un patio el 3 de octubre de 1226.

El libreto, firmado por dos grandes como Suso Cecchi D´Amico y Lina Wertmüler, tampoco lo cuenta, optando por otro camino.

Poder rever en una fría tarde de sábado la versión remasterizada de “Hermano sol, hermana luna” y a paso seguido escuchar el CD de Angelo Branduardi “L´infinitamente piccolo” (2000) sobre textos franciscanos, puede resultar formidable y no religioso, muy lejano a la fealdad que nos rodea  y que necesitaría de más estetas, especie en extinción que ha sido sustituida por pregoneros/as de lo feo a propósito o la visión uruguayo/marrón de todo posible entorno.

¿Y después?
Zefffirelli,  que venía de “La fierecilla domada” (1967) con Elizabeth Taylor y Richard Burton  y  “Romeo y Julieta” (1968) con los ignotos Leonard Whiting y Olivia Hussey  sufrió ataques durísimos por su visión de Francisco.
Se recuperó- apenas- con la versión para televisión- que en Montevideo se estrenó en cine- de “Jesús de Nazareth” (1977) también criticada por estetizante, se fue a Hollywood para hacer “El campeón” (1979) que hizo piantar más de un lagrimón a varios “duros” locales. En esas listas que se hacen cada tanto,  sigue figurando al tope de las películas “más tristes jamás filmadas”

Luego vendrán otros semi fracasos y versiones para cine de operas hasta  llegar a  “Té con Mussolini” (1999) historia  autobiográfica con aquel elenco de notables mujeres  que integraron Judi Dench, Maggie Smith, Joan Plowright, Lily Tomlin y hasta Cher.
Otro juego de imágenes bellas, que esta vez le perdonaron.
Hoy Zeffirelli tiene 91 años y su última película sólo se vio aquí en televisión,  “Por siempre Callas” (2002), y  es  bastante mala.
No filmó más desde entonces.
Ser amante de lo hermoso, de lo bello, parece ser hoy, es un pecado casi imperdonable y este florentino está ya grande para seguir planteándola.
Una lástima.
Copyright © EM








 
Fotogramas de HERMANO SOL, HERMANA LUNA (1972).

viernes, 12 de septiembre de 2014

Alfonsina


Pocos nombres remiten a un personaje en esta parte del mundo como el de Alfonsina.
Si lo mencionamos,  sabemos ciertamente que es Alfonsina Storni, la poeta argentina.
Y si no lo sabemos, probablemente hayamos escuchado alguna vez esa preciosa canción “Alfonsina y el mar” con letra de Félix Luna y música de Ariel Ramírez.
Trabajando en la coordinación de una gran exposición/homenaje a nuestra Juana (¿hay que decir Juana de Ibarbourou u ocurre lo mismo con solo el nombre?) el martes 3 de marzo de 2009,  me encontré con la foto de “las tres grandes”, Juana, Alfonsina y Gabriela (¿hay que decir Mistral?) sacada en Montevideo un día de 1938.

La suicida
Hemos escuchado muchas veces que Alfonsina se suicidó “metiéndose en el mar”, la canción lo deja claro y aumenta la leyenda.
La realidad dice hoy que se tiró desde un muelle.
Entonces me puse a buscar material y me encontré con que su único hijo, Alejandro Alfonso Storni- fallecido en 2009 a los 97 años-   maestro jubilado, siguió manteniendo firme la memoria de su madre hasta el fin.
Alfonsina Carolina Storni Martignoni nació en Sala Capriasca, cantón Tesino, Suiza el 22 de mayo de 1892.

La familia, la llegada a la Argentina
Contra lo que ha dicho por mucho tiempo la leyenda urbana, su familia tenía prósperos negocios ya en Argentina en la zona de Cuyo y el padre, Alfonso Storni,  integraba la empresa “Cerveza Los Alpes de Storni y Cía.”
Alfonsina llegó a Argentina cuando ya tenía 4 años instalándose en San Juan, luego (en 1901) se van a Rosario en Santa Fe, ya con problemas económicos y su padre abre el “Café Suizo”. Pero inesperadamente en 1906, cuando la futura escritora tenía  14 años, el padre muere dejando a la familia en una situación muy difícil económicamente.
Alfonsina ya había atendido el café de su padre, trabajará entonces como obrera en una fábrica de gorras para volcarse prematuramente al teatro.
Y también decide ser maestra, recibiéndose en 1911 con 19 años.
Por entonces se vincula con círculos intelectuales de Santa Fe y comienza a escribir en “Monos y monadas” una publicación de gran importancia entonces.

Madre soltera, el escándalo
Y en una circunstancia insólita entonces, se convierte en madre soltera y antes de cumplir los 20 años.
El 21 de abril de 1912 se va con su hijo a Buenos Aires.
Sola.
Nunca reveló el nombre del padre de su hijo.
Es difícil pensar hoy en una mujer madre soltera en ese entonces.
Era mal mirada, una “casquivana”, pero poco le importó.
Tenía que darle de comer a su hijo y sostenerse ella misma por lo que sus conocimientos de maestra más su facilidad para la redacción la llevan a que en poco tiempo consiga empleo en “Freixas Hermanos” que importaban aceite de oliva.
Lo curioso es el cargo que logra “corresponsal psicológica” y su tarea era la de atender lo que hoy conocemos como “Servicio al consumidor”, contestando las cartas de quejas o consultas de quienes compraban los entonces famosos aceites de oliva de “Freixas Hermanos”.

La poeta, la mujer
Ya se iba perfilando la poeta,  y en 1921 con 29 años ya es una escritora reconocida y se trata con prácticamente la totalidad de la intelectualidad de entonces.
José Ingenieros, Manuel Ugarte (si, el mismo de Delmira), Blanca de la Vega, Ricardo Rojas y fundamentalmente Horacio Quiroga,  integraban su círculo más íntimo.
También estaban cerca de ella Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, Quinquela Martín y Marcelo Torcuato de Alvear.
Y así fue llevando una vida que, desde el sacrificio de ser “madre soltera”,  logró vences barreras sociales casi imposibles entonces.
Alfonsina detestada las fotografías por eso hay poca iconografía de ella. 
Decía no reconocerse en las fotos. 
Conrado Nalé Roxlo fue su primer biógrafo y la describe de esta forma:
"Cuando se trata de averiguar cómo era físicamente Alfonsina, es otro tipo de contradicciones que surgen de la opinión de quienes la trataron. Unos aseguran rotundamente que era fea, otros afirman con la misma convicción que era linda, y algunos tienen que hacer un gran esfuerzo por recordar su rostro que el tiempo parece haber borrado..
Su rostro vivía de adentro hacia fuera, y lo que dejaba era más que una imagen era una impresión. Pasaba del gesto aniñado y la sonrisa tierna y pueril, a la ironía indulgente , la burla ácida, y desde la tristeza sombría a la alegre despreocupación desatada en altas risas. Durante largos años conservó una cara de muchachita, que de pronto se arrugaba y sumía como si le cayera toda la vejez del mundo"

El cáncer
En 1935 es operada de cáncer de mama.
Según su hijo, en una entrevista realizada por la periodista Moira Soto en 1996, “Alfonsina creía entonces que el cáncer era contagioso y se cuidaba mucho de tocarme sin antes haberse lavado las manos con alcohol”.
El 25 de octubre de 1938 (el mismo año de la foto de “las tres grandes”) “garabateó sobre un papel celeste con tinta roja la frase “Me arrojo al mar…” contó su hijo que recordó cada detalle de su madre. Cuando Alfonsina se suicida Alejandro tenía 15 años y ella 46.
Tres días antes había enviado a “La Nación “su último poema con el sugerente título de ‘Voy a dormir’  ”.
Pasaron 19 años y en 1957 con la dirección del hoy revalorizado director alemán Kurt Lang se estrenó la película “Alfonsina” protagonizada por Amelia Bence.
Fue un éxito mayor de boletería.
Después alguna cosa en televisión… y el silencio.
Hoy,  a 76 años de su muerte,  no queda mucho en la memoria de la gente, salvo la letra de esa canción que dice “Sabe Dios qué angustia te acompañó, que dolores viejos calló tu voz…Te vas Alfonsina con tu soledad. ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?”…especialmente en la versión maravillosa de Mercedes Sosa.
Alfonsina, mientras tanto está con sus amigos del Club de los poetas suicidas que son muchos y notablemente talentosos.
Vivió 46 años.

Copyright © EM


Alfonsina en un registro de 1930- Buenos Aires


Gabriela, Alfonsina y Juana en Montevideo- 1938







viernes, 22 de agosto de 2014


Zoila Augusta Emperatriz


El título de esta columna parece salido de un juego de palabras,  pero es real y es el nombre de la cantante  Yma Sumac (“la más linda” en quechua).
Se llamaba, según sus documentos Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo.
Nacida en Ichocán, Cajamarca, Perú el 10 de septiembre de 1922 aunque siempre se sospechó que era una fecha falsa.
Desde niña dijo ser una princesa inca y que su madre era descendiente directa de Atahualpa.
El 1 de noviembre de 2008  murió en su retiro de años en Los Ángeles donde vivió los últimos 60 años de su vida.

Una leyenda olvidada
Hoy casi olvidada, aunque justo es decir, reivindicada por varios jóvenes del mundo como objeto de culto, su valor consistió en una prodigiosa voz que podía abarcar de 4 a 5 octavas en la escala musical, es decir cantar allá arriba o allá abajo, cosa que hizo todo el tiempo en que se presentó para delirio de sus fans. Imitaba el canto de los pájaros o sonidos de la naturaleza y en eso basó su carrera y fama.

Los años de gloria
Filmó dos películas de ficción, la más famosa de ellas “La leyenda del inca” (1954) protagonizada por Charlton Heston y en la que Yma fue Kori-Tica, una inca, claro.
Película de la que se ha hablado mucho ya que el personaje de Heston se parecía sospechosamente a Indiana Jones, un “arqueólogo”  de campera de cuero y sombrero (aunque sin látigo).
Fue objeto de varios documentales ninguno importante como para sobrevivir el paso del tiempo y pasó –literalmente- décadas en que nadie la recordó.

La estética pseudo inca de Yma
Es que su estética de “princesa inca for export”  en maquillaje, tocados y vestidos,  se transformó en el similar andino de Carmen Miranda para la visión de Hollywood de Brasil. Casi una parodia que con el paso del tiempo y fallidas cirugías estéticas la convirtieron en un ekeko pintarrajeado a juzgar por las fotos.
Yo nunca he visto a Yma Sumac en ninguna película, ni actuando,  pero por esas cosas del destino hace un par de años encontré en el outlet de Tower Records del Soho en Nueva York el CD “Legend of the Sun Virgin” originalmente editado como long play en 1953,  aunque luego me arrepentí de no comprar “Mambo!” de 1955 o “Miracles” de 1972 en el que canta ¡ROCK! y que también estaban en oferta.
Es toda una experiencia escuchar a esta soprano que hace lo que quiere con su voz hasta el punto que, por momentos, uno piensa que está algo alterado en estudio y no lo está.




Los comienzos, el matrimonio, la fama internacional
Muy joven comenzó su carrera de la mano de Moisés Vivanco, un guitarrista y agente de artistas creador de la “Compañía peruana de arte” con la que recorrió el mundo. Yma se casó con Vivanco (en 1942)  y comenzará su carrera solista luego de separarse de su –también cantante- prima Cholita Rivero.
Ya grababa en 1943 y en 1944 fue un éxito radial en Argentina con visita a Montevideo incluida.
El 7 de febrero de 1949 nació su hijo Papuchka Charlie Vivanco, se divorció en 1957 pero se volvió a casar con Moisés en 1959 para divorciarse definitivamente en 1965.

Yma y Nikita
Viajó a la URSS en 1961 invitada por el entonces todopoderoso Nikita Khrushchev pero volvió a Hollywood pronto donde permaneció hasta los años 70 en que regresó a Perú para irse luego a Los Ángeles donde se instalará hasta su muerte.
En mayo de 2006 tuvo su gran y celebrado regreso a Perú como invitada oficial.
Allí fue condecorada por el Gobierno, y hasta ensayó una canción en pleno Machu Picchu para delirio de multitudes que no entendían muy bien quien era esa señora emplumada en medio de las famosas ruinas y con voz extraña.
Fue su canto del cisne.
Ya estaba muy enferma.
La cuidaba su secretario de años Damon Devine,  quien la atendió hasta el  último momento.
Tiene página web: Yma-Sumac.com donde hasta se puede escuchar su voz, comprar sus discos y ver su evolución a través de los años.

El reconocimiento final
El famoso compositor norteamericano Virgil Thomson escribió sobre ella “Su voz tiene gran belleza y su técnica vocal es impecable. Canta en notas muy graves y cálidas, y muy altas como trinos de pájaros, y sus tonos medios no son menos encantadores que los extremos de su registro. Sus atributos naturales son tan grandes que sólo es de lamentar que no se haya dedicado a estudiar un repertorio de música culta en lugar de hacer durante toda su vida estas exhibiciones de circo subiendo y bajando la voz…eso sí, sin desafinar nunca”.
En las notas necrológicas que le dedicaron los grandes diarios norteamericanos se pudo  leer: “En 2005 se editó Queen of Exotica” una antología de su trabajo. Se la considera hoy, entrado el siglo XXI,  una inspiración fundamental para varios artistas del punk rock inglés”.

Vaya largo camino recorriste muchacha… de princesa inca a musa punk…

Copyright © 2014 Enrique Mrak. El contenido de éste blog se encuentra resguardado bajo los términos del Derecho de Autor Prohibida su reproducción parcial o total sin autorización por escrito de su autor. 

Yma en sus años de Hollywood c. 1954
 
Yma Sumac c.1956


jueves, 7 de agosto de 2014


Sarrasani



Pocos nombres significan tanto para el circo -desde hace más de un siglo- que la sola enunciación del nombre Sarrasani.
Con origen en Dresde, Alemania,  en 1888,  donde un señor de nombre Hans Stosch Sarrasani sintió un “llamado imperioso a formar parte del mundo del circo”.
Claro,  eran tiempos de carromatos que iban y venían por los caminos de medio mundo,  de animales amaestrados, de seres excéntricos o verdaderos “freaks” que hoy resultarían no sólo políticamente incorrectos  si no directamente insoportables para un público ahora deslumbrado- a nivel planetario- con los despliegues estéticos del Cirque du Soleil.
Hay decenas y decenas de películas dedicadas al circo y a lo que allí ocurría con títulos como los esplendores oscarizados de “El espectáculo más grande del mundo” (1952) con pistas simultáneas y choque de trenes espectacular incluido… a  la  maestría de “El circo” (1928) de Charles Chaplin.

De la carpa a la empresa
Sarrasani, cuya imagen más conocida lo muestra de impecable uniforme blanco,  parado frente a un enorme elefante, convirtió su circo en una “empresa de espectáculos” con un despliegue pocas veces visto.
Ya en 1912 funcionaba su famoso “Palacio del circo” con capacidad para miles de espectadores, un domo central de 57 metros de diámetro y novedosísima tecnología que permitía llenar los espacios con agua o elevar a la audiencia completa varios metros sobre el nivel original.
El periodista y escritor Gustavo Bernstein en su libro “Sarrasani, entre la fábula y la epopeya” cuenta: “El 1 de agosto de 1914, en plena función, irrumpió en la pista un oficial del ejército y,  ante el asombro general, dio lectura a una orden de movilización. Alemania entraba en  guerra con Rusia. Mientras el público aplaudía y vitoreaba, Sarrasani hacía sus cálculos. La debacle era inminente…”



El exilio sudamericano
Todo ello le llevará a que busque nuevos horizontes,  no importando lo lejos que estos estuvieran ya que no eran tiempos para andar de gira por Europa.
Entonces se embarca con toda su  “troupe” (que incluyó a 230 personas, 180 animales y un equipaje equivalente a 120 vagones de tren) hacia  Sudamérica.
Fueron años de viajes de un lado al otro.
A Montevideo llegaron  el 15 de diciembre de 1923 a bordo del vapor “Luddendorf”.
Fue un suceso fenomenal.
Enrique Santos Discépolo en su tango “Justo el 31” lo incluye en la letra con el ya famoso  “¡Ahí va Sarrasani con el chimpancé”,  aunque la imagen era referida a una pobre mujer cuyo único “pecado” era ser fea (!)
Tango misógino,  si los hay…
Llegados los años 30, Sarrasani  estaba muy enfermo.
Problemas cardiacos y una hidropesía creciente le hacían casi imposible trasladarse.
Sus tobillos adquirían un diámetro increíble y decía de sí mismo “Tanto tiempo trabajando con los elefantes que al final tengo mis piernas como ellos”.
Será entonces su hijo Hans Stosch Jr. quien quede al mando de la compañía.
 El 20 de septiembre de 1934 estando en San Pablo, el legendario Sarrasani muere en un hospital público.

¿Un pacto con el diablo?
El hijo, luego de la muerte de su padre,  solicita ayuda a Joseph Goebbels y la obtiene.
La imagen de semejante empresa era útil para el III Reich, a cambio, le pidieron que sólo contratara a artistas “amigos”.
Una imprevista situación va a truncar los planes que tenía Goebbels para el Circo.
 El 9 de julio de 1941 Hans Jr. muere repentinamente de un paro cardiaco.
 Su esposa Trude Stosch Sarrasani -quien tenía 28 años- toma el mando. Decide mantener al circo lejos de las contiendas bélicas.
Tiene a su lado al trapecista húngaro Gabor Némedy quien  será encarcelado en 1944 por la Gestapo acusado de “actitudes antialemanas cercanas a la traición”.
Pero en esas asombrosas jugadas del destino que tuvo el circo “Sarrasani”, durante un fuerte bombardeo aliado sobre Dresde -donde Némedy estaba preso- puede huir junto con Trude,  con quien se casa tan pronto pueden.
Vendrá a los pocos meses el fin de la Guerra, la lucha por conseguir el “certificado de desnazificación” para ambos y en 1948 la pareja embarcó para Buenos Aires (con breve pasaje por Montevideo) donde estrenarán un nuevo espectáculo “a todo trapo” con la ayuda directa del peronismo fundacional de entonces.

El circo peronista
Evita y Perón serán invitados de honor en cada estreno,  al punto que en 1950 será la propia Eva quien “sugiera” que el circo pase  a llamarse oficialmente “Sarrasani, Circo Nacional Argentino” cosa que ocurre.
Fue el único Circo Peronista oficial que existió.

El final
Pasaron muchos años entre funciones, giras internas y cancelación de espectáculos sin fecha de retorno.
Pero  a comienzos de 2010 se anunció inesperadamente que  “Sarrasani: El original” volvía con funciones en Buenos Aires y Mar del Plata.
Es que Trude Stosch Sarrasani-a los  96 años- decidió salir desde su casa en San Clemente de Tuyú (Argentina) y retomar el viejo proyecto.
Pero… falleció el 4 de junio de 2009,  no sin antes venderle los derechos mundiales del nombre al arquitecto y productor de espectáculos  Jorge Héctor Bernstein quien 4 años después debutó en el Tattersall de Palermo con el espectáculo Graf Story creado por el ilusionista Evgeniy Voronin y un elenco de 25 de artistas europeos, acompañados por un suntuoso menú de los chefs del Complejo.
Fue un éxito efímero que no prosperó.
Las presentaciones duraron mucho menos de lo previsto y no generó el entusiasmo esperado. Fueron más las notas de prensa que los asistentes…
En invierno de 2013 hicieron algunas funciones en Buenos Aires para público infantil que tampoco fueron un éxito, el empresario (dueño de locales de fiestas en Argentina) Jorge Bernstein sigue siendo dueño del nombre y la marca Sarrasani.
El futuro del Circo como tal,  no es seguro.
En los últimos años figuras de la ex URSS se habían integrado al mismo.
Tal vez sigan apareciendo con el nombre legendario cada tanto y con formatos variados, con cena, sin cena, para niños, para adultos…
Lo que es seguro es NUNCA podrán ser lo que fueron, sólo queda un nombre- hoy desconocido por las nuevas generaciones- que supo ser sinónimo de GRAN circo en el mundo entero y la imagen de aquel hombre vestido de blanco con sus elefantes o de la mano con un chimpancé como la letra de un tango hoy tan políticamente incorrecto que ni se escucha…

Copyright © 2014 Enrique Mrak. El contenido de éste blog se encuentra resguardado bajo los términos del Derecho de Autor Prohibida su reproducción parcial o total sin autorización por escrito de su autor. 



Sarrasani con elefante c.1930

                                          Placa esmaltada de anuncio c.1920
                                          Cartel para giras c. 1925


                                   Sarrasani de uniforme c.1927


viernes, 1 de agosto de 2014


Yo no se que me han hecho tus ojos


Este  vals criollo del mismo título que esta nota fue compuesto  y editado por Francisco Canaro en 1933 “bajo los encantos de aquellos ojos verdes de la emperatriz del tango, Ada Falcón”.
Ese mismo título da nombre a un documental con dirección compartida de Sergio Wolf y Lorena Muñoz realizado entre 1998 y  2003 que tuvo un breve paso por La Linterna Mágica por una semana de septiembre de 2003.
Una lástima.

Es muy difícil que se estrenen documentales en nuestras salas (salvo que sean de Michael Moore…) y menos documentales referidos a una leyenda popular rioplatense.

Mi amigo especialista en tango y afines, Luis Lecaldare,  me acercó hace ya meses un notable material referido Ada Falcón a quien describieron durante años como “La Greta Garbo del tango”.

La historia es fascinante.

Es que,  como dice Jorge Gottling en el diario Clarín del 9 de  julio de 1988 “Es absolutamente una simplificación decir “de la fama al olvido” para contar la historia de Falcón,  que se retiró en 1942 cuando tenía 38 años y nunca más apareció  en público”.
Lo que intenta el documental es tratar de conocer las causas de aquel retiro voluntario y saber, mas allá de las leyendas, que pasó exactamente con una cantante excepcional que tenía “los ojos verdes más lindos el mundo”, algo poco comprobable hoy porque apenas hay algunas filmaciones y son en blanco y negro, además haber perdido uno de los ojos... ¡Vaya paradoja!
Wolf y Muñoz siguen su intuición y algunos datos sueltos y logran encontrar –y entrevistar – a Ada en 1998 antes de tener el documental.
Me retiré en momentos de esplendor y perdí todo, por el llamado del Señor. Me molesta que digan que se trata de una actitud mística: soy católica, apostólica y romana (sic).
“Perdí todo y este es un dato de la más triste realidad: desde el palacete en Palermo Chico, desde el Cadillac, desde los derechos de autor, desde el dinero de los discos y de esa plata fácil que da generalmente el éxito. No tengo nada. Tengo a Dios en mi corazón…” .
Estas declaraciones de la artista son solamente una primera pista.

Las vueltas de la vida y las vueltas de la muerte…

Fallecida el 2 de enero de 2002 a los 98 años,  estuvo siete décadas (desde los cuarenta hasta entrado el siglo XXI)  recluida  en un convento cercano a Córdoba (Argentina).
En el documental le “roban” algunas imágenes verdaderamente conmovedoras como cuando, preparándose en la penumbra de su pequeña habitación, se maquilla  mostrando una coquetería que no perdió aunque su belleza haya quedado en el más recóndito olvido detrás de unos lentes gruesos, una importante calvicie y lo más impresionante, cuando la cámara descubre -por un instante- un parche sobre uno de sus legendarios ojos…
A través de fotos de archivo y al escasísimo material filmado, a la manera de un detective sereno el documental va reconstruyendo la vida de esta mujer que en los años de gloria de otras grandes divas del tango como Tita Merello o Azucena Maizani logró ser conocida por el público como “la emperatriz del tango”, una estrella que vivía en un imponente palacete y que para secarse el pelo se subía a uno de sus autos descapotables y manejaba a toda velocidad….
Nadie se explicó  porqué lo abandonó todo para hacer votos de silencio y pobreza.
El frustrado amor por Canaro puede ser una respuesta.
La vida (o la muerte) les iba a jugar fuerte.
En el final, en el sepelio de Falcón en un día lluvioso que registran los documentalistas  y al que asistieron 6 personas, el féretro es colocado en un panteón de artistas exactamente en al lado del lugar donde reposa Canaro quien-se dice- la hizo sufrir demasiado…para terminar juntos eternamente.
Ironías del destino…
Sin ver casi, sorda,  pero muy  lúcida  y ácida en sus respuestas, contesta las preguntas que le hacen los documentalistas con los restos muy presentes de quien debe haber sido una luz en sus años de gloria.
Sobre su vida, sobre otros artistas -para lo cual le colocan un CD player con mucha amplificación al lado - la hacen escucharse a si misma y  dice, “¿quién grita así, esa soy yo?”.
Exactamente 60 años estuvo Ada Falcón recluida en Córdoba.
Es obvio que rompió por lo menos su voto de silencio,  a fines de los ochenta dio una nota a Clarín,  aunque estuvo casi cuarenta años sin hablar con la prensa.
Y la leyenda continuará cada vez en que, sin saber la historia, alguien cante “Yo no se si es cariño el que siento/ yo no se si será una pasión/ sólo se que al no verte, una pena/ va rondando por mi corazón…. / Yo no sé que me han hecho tus ojos/que al mirarme me matan de amor…

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Ada Falcón en su esplendor c. 1940



jueves, 17 de julio de 2014


Françoise Sagan, la mujer que saludó a la tristeza y la tapó el olvido


Hoy poca gente la recuerda. Sin embargo, hace 60 años fue la “jovencita escritora más famosa del mundo”,  una luminaria en el entonces alicaído mundo de la narrativa  europea en general y francesa en particular.
Nació como Françoise Quoirez en Cajarc, Francia,  era el año 1935 y su familia pertenecía a la alta burguesía francesa.
Tuvo una educación privilegiada,  sobre todo por las lecturas precoces de autores como Gide, Sartre, Camus, Rimbaud y una marcada preferencia por quien es considerado por muchos “un autor para la madurez”: Marcel Proust.
Será justamente de Proust que tomará su apellido  artístico ante las presiones familiares que no gustaban nada de la fama de la joven, será entonces y para siempre Françoise Sagan.

La fama instantánea

Cuando el 15 de marzo de 1954 apareció “Bonjour, tristesse” aquella joven de 18 años dio un impensado salto a la fama internacional.
Ganó el Prix des Critiques y en 3 años ya era una película de Hollywood.
Bonjour, tristesse” (1957) se estrenó en Montevideo con el título original en francés en julio de 1958,  tuvo dirección de Otto Preminger y actuaciones de Deborah Kerr, David Niven y una jovencita de nombre Jean Seberg.

Fue un éxito mundial.

Todos pensaban que iba a ser un fuego artificial de una sola obra y que su segunda novela ya lo demostraría.
No fue así y “Un certain sourire” (Una cierta sonrisa) de 1956 desmintió el pronóstico.
Desde allí no paró y siguieron más novelas, guiones de cine, obras de teatro y casi todos los géneros escritos imaginables a lo largo de una carrera que se extenderá hasta 2002,  esto es,  2 años antes de su muerte.
Sagan apareció en el momento exacto, era la posguerra y significó un soplo de aire fresco, la joven “preparada” que escribía bien, la desenfadada que se atrevía a tocar temas considerados entonces “casi desfachatados”.

Los problemas legales y la falta de nuevas reediciones

Hoy sus obras no se reeditan por un largo y penoso juicio legal.
Su único hijo,  Denis Westhoff,  batalla desde hace muchos años y en forma incansable por mantener viva la presencia de su madre,  pero el millón de euros que ella dejó como “deuda impositiva” le atan las manos.
NO se pueden reeditar las obras de Sagan hasta pagar las deudas con el Fisco francés.
En 1957 en medio de su brillo de estrella,  Françoise sufrió un accidente de auto que le dejó heridas muy graves y dolores insoportables que hicieron que el consumo-al comienzo solicitado por los médicos- de morfina, se transformase en algo que la acompañará hasta el fin.
La cocaína en grandes cantidades será también su compañera de ruta y “toda pastilla posible” al decir de alguien muy cercano “le fue útil para evadirse de un mundo que poco a poco le resultó menos amigable y más hostil”.
Es que los años comenzaron a pasar y Françoise creyó que seguía siendo aquella “jovencita talentosa y descarada”. Fue millonaria antes de cumplir 20 años.
Pocos años antes de morir,  firmó unos increíbles contratos con una petrolera (?) sin saber lo que hacía.

Las memorias de una desmemoria

En febrero de 2009 se publicaron sus memorias en español.
 Bajo el  insulso título “Desde el recuerdo”,  relata su  apasionante vida.
Fue su hijo quien hizo un esfuerzo titánico para que –finalmente,  y gracias a una decisión judicial -se pudieran leer estas verdaderas confesiones plagadas de escándalo, pasión y desenfreno.
Amó el riesgo y siempre vivió al borde del límite  y así lo describe:  “ A 200 kilómetros por hora la sangre ya no coagula a nivel del corazón, la sangre salta hasta la punta de las manos, de los pies, de los párpados, convertidos en centinelas fatales e inexorables de su propia vida...quien no haya sentido como su cuerpo se pone en guardia mientras su mano derecha se alarga para acariciar el cambio de marchas... es que no le gusta la velocidad, que no ha amado la vida… o es que jamás ha amado a nadie”.
Un texto absolutamente “Sagan” de comienzo a fin.
Tuvo un período- en los años 70 -en que tuvo prohibida la entrada a varios casinos franceses, su ludopatía le hizo perder fortunas inimaginables jugando ruleta.
Sobre el final, sólo el apoyo de unos pocos amigos la salvaron de la indigencia.
Su infelicidad vital se le hizo algo insoportable.
Aquella mujer repleta de talento se había convertido en una anciana incapaz de sostener una conversación. Le remataron su casa en Normandía y su departamento de Paris, vivía en casas de amigos que la mantenían por breves períodos hasta que llegara el siguiente…

El olvido es gris y todo lo cubre…

Murió a los 69 años en Honfleur, Calvados el 24 de septiembre de 2004.
Era la sombra de lo que fue.
Hoy sus libros sólo se encuentran en viejas ediciones y pocos están interesados en ellos.
Lastimosamente,  todo parece indicar que la cubrió el olvido.
¿ Para siempre?


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Sagan escribiendo en 1957 (Paris)



jueves, 10 de julio de 2014

Las rutas de Eros: Las prostitutas en el Río de la Plata a comienzos del Siglo XX


Las invisibles
Contadas veces el cine de esta parte del mundo se ha ocupado de lo que fue la llamada “trata de blancas” desde fines del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX.
Haciendo una brevísima reseña,  encuentro dos títulos en los que se tocaba,
 -aunque fuera tangencialmente- el tema: “Funes, un gran amor” (1993) dirigida por Raúl de la Torre y “La  maffia” (1972)- sí originalmente con dos F-  dirigida por Leopoldo Torre Nilson.
Por eso es un aporte de enorme valor el libro de la investigadora Yvette Trochon “Las rutas de Eros” La trata de blancas en el Atlántico Sur. Argentina, Brasil y Uruguay (1880-1932), perfecto complemento de “Las mercenarias del amor” Prostitución en el Uruguay (1880-1932) editado en 2003.
Los períodos estudiados son los mismos y la investigación tiene el mismo rigor (y amenidad) en ambos casos.

Historiando la Historia
Entrevisté a la Prof. Trochon en 2003 con motivo de la aparición de “Las mercenarias…” que le llevó –literalmente- años de estudio y el visionado de miles de expedientes referidos a las prostitutas de esos años.
Ese libro se constituyó, con merecido derecho, en uno de los más recomendados de ese año y en un referente ineludible sobre el tema.
Ya por entonces Trochon sabía que vendría el que hoy nos ocupa y su investigación estaba muy avanzada.
Pero tuvieron que pasar tres años para que llegara por fin este volumen que duplica la cantidad de páginas del primero y se lee con la misma pasión.
Es que un tema del que notoriamente no se habla en nuestra sociedad -salvo para casos policiales, relevantes- salta aquí a la luz con una claridad excepcional que descubre en todo su horror y magnitud lo que fue (¿y es?) un verdadero comercio de seres humanos.

18 de Julio y el reparto de papelitos
Basta recorrer 18 de Julio a cualquier hora para que nos llenen de pequeños papelitos en los que anuncian “casas de masajes” que no son otra cosa que la nueva versión de los prostíbulos de antaño. ¿Hay ahora una mafia detrás de ellos como la hubo a fines de 1800 o comienzos de 1900?, probablemente no de la misma forma y es obvio que ahora esas mujeres no son traídas desde Europa como entonces sino más bien llevadas hacia allá, el camino se ha revertido.
Ver “En la puta vida” (2001) o leer el libro “El huevo de la serpiente” de María Urruzola que fue el origen de esa película lo muestran.
Yvette Trochon reconstruye la trama de lo que fue uno de los comercios más infamantes (y lucrativos) de estas tierra por más de 50 años como un relato apasionante.
 Escribe en el comienzo “ Estudiar a los traficantes y proxenetas supone sumergirse en el mundo de los diferentes, y valerse, en consecuencia, de una mirada antropológica que nos ayude a descifrar sus códigos, deshaciéndonos del lastre de los prejuicios, evitando el anatema y buscando la comprensión. ¿Por qué? Porque en este ámbito hay pautas culturales muy  distintas de las del mundo de la gente “normal” y, si siempre el pasado es un país extraño, en este caso la “otredad”  es aún mayor. “

Las mujeres tratantes y las tratadas
Y nos encontraremos con  que los explotadores de mujeres no eran sólo hombres sino también otras mujeres (las figuras de Esther Cohn, alias “Emma la millonaria” o la de Germaine Lorillard, alias “Pepe” son ejemplos notables).
Las fortunas y el poder manejados por organizaciones como la célebre Zwi  Migdal aún hoy, resultan increíbles.
Capaces de construir una “sociedad paralela “con su templo, su cementerio, sus espectáculos,  puede asombrar como un descubrimiento para muchos que jamás hayan escuchado hablar de la misma.

Raquel Liberman
La historia de la “heroína” judía Raquel Liberman  que desafió a toda esa estructura infernal- y ganó- con la mala suerte de morir a los 34 años de una enfermedad irreversible es en si misma un relato casi autónomo.
Las leyes y personajes que trabajaron infatigablemente contra el “trabajo infame” contra  la “mala vida” de esas mujeres de las que quedan pocos nombres o imágenes, o un mero recuerdo de ellas sin caer en el amplio y degradante manto de las “flores del vicio”…
También los dobles discursos, los clubes políticos que escondían en sus locales algo más allá del proselitismo partidario.
Las viejas fotos sacadas de los diarios de la época, los titulares escandalosos que aseguraban ventas de ejemplares por miles.
Y están, como en “Las mercenarias del amor”, las pequeñas historias, esas que no ocupan más que algunas líneas pero que van armando la summa de la investigación.
Si le interesa saber cómo este país (y sus alrededores) comerciaron con seres humanos en  niveles difíciles de imaginar hasta hace pocas décadas, si le interesa la historia de esta sociedad que muchas veces no entendemos en sus contradicciones e hipocresías, si es capaz de leer un texto sin prejuicios asombrándose en cada página: “Las rutas de Eros” es el libro que estaba buscando.
Yvette Trochon logró, otra vez, el perfecto equilibro entre sapiencia investigativa y amenidad en el planteo, algo nada fácil para un tema (o varios temas, en realidad) que requerían de su una mano firme y segura para escribirlo.
Corra ya a la librería más cercana, todavía puede encontrarlo.

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Fotos de prontuarios de prostitutas inglesas de la misma época. La ley uruguaya NO permite bajo ningún concepto publicar fotos de prontuariadas en "defensa de sus descendientes".